No supo encontrar las palabras precisas. No hablaba bien el idioma en el que se estaba expresando. No modulaba la voz para acompañar con emoción lo que decía. Pero, sin excepción, todas las personas que estaban en el auditorio tenían su atención al completo puesta en ella.

Quizás porque lo realmente importante era lo que decía.

Contaba que en su comunidad solo existía la posibilidad de que una persona fuera a la universidad. Y la habían elegido a ella. La carrera no fue elección suya. La comunidad había decidido que estudiara derecho.

Fue a la universidad porque su comunidad necesitaba que alguien estudiara derecho para poder defender su territorio de los intereses de empresas trasnacionales que querían llevarse lo que la naturaleza llevaba mucho tiempo guardando bajo tierra.

No encontró las palabras precisas. No manejaba bien el idioma en el que se expresaba. No modulaba la voz con emoción. Pero, sin excepción, nos hizo temblar a todas las personas que la escuchábamos.

Quizás porque las cosas importantes, a veces, nos hacen temblar.