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Quiénes somos

Miércoles 29 de agosto de 2012

El Observatorio de Multinacionales en América Latina (OMAL) es un proyecto creado por la Asociación Paz con Dignidad en el año 2003, con tres objetivos fundamentales:

1.- Documentar y sistematizar la información sobre el poder y los impactos en la dimensión económica, política, social, ambiental y cultural de las empresas transnacionales. Así como la "arquitectura de la impunidad" que permite a las grandes corporaciones no cumplir con su obligación de respetar los derechos fundamentales de la población. Se pretende, además, visibilizar las resistencias y propuestas de regulación y alternativas al poder de las multinacionales.

2.- Formación y sensibilización sobre la violación sistemática de los derechos humanos por las empresas transnacionales y la necesidad de poner en marcha mecanismos de control y alternativas. Se presta especial atención a la actividad de las compañías multinacionales españolas en América Latina.

3.- Trabajar en red con centros de estudio, sectores críticos de la academia, ONGD, organizaciones y movimientos sociales, sindicales, políticos y comunidades afectadas que resisten frente al poder de las corporaciones transnacionales, promoviendo unas relaciones sociales justas y solidarias entre los hombres y las mujeres del Norte y el Sur.

Estas son nuestras principales líneas de investigación:

  • Poder corporativo (económico, político, jurídico y cultural)
  • Mecanismos y estrategias de expansión global
  • Impactos socioambientales y sobre los derechos humanos
  • Arquitectura jurídica de la impunidad (lex mercatoria)
  • Responsabilidad social corporativa
  • Cooperación internacional y movimientos sociales
  • Resistencias y mecanismos de control
  • Propuestas y alternativas

Las compañías multinacionales controlan la mayoría de los sectores estratégicos de la economía mundial: la energía, las finanzas, las telecomunicaciones, la salud, la agricultura, las infraestructuras, el agua, los medios de comunicación, las industrias del armamento y de la alimentación. En la crisis capitalista que hoy vivimos, que ha reforzado su poder económico y capacidad de influencia política, las empresas transnacionales tan pronto hacen negocio con los recursos naturales, los servicios públicos y la especulación inmobiliaria, como con los mercados de futuros de energía y alimentos, las patentes sobre la vida o el acaparamiento de tierras. “Salir de la crisis”, nos dicen, implica aceptar no solo que el modelo socioeconómico que está en la raíz de la actual crisis civilizatoria es el único viable, sino también que es necesario intensificar esa misma lógica de crecimiento y acumulación para poder “avanzar en la senda de la recuperación”.

Pero el incremento de los beneficios empresariales solamente puede sostenerse a partir de la creciente explotación de trabajadores y trabajadoras, la constante devaluación salarial, la presión ilimitada sobre el entorno en busca de materias primas y recursos naturales, la especulación financiera, la mercantilización de cada vez más esferas de las actividades humanas, y la absoluta prioridad de la que gozan los mecanismos de reproducción del capital frente a los procesos que permiten el sostenimiento de la vida. Todo ello, de la mano de toda una serie de impactos socioambientales que afectan directamente a las poblaciones y los ecosistemas a lo largo y ancho del planeta.

Puede trazarse una línea de continuidad entre el poder de las grandes corporaciones en el ámbito económico, político, social, ambiental y cultural, y los impactos que las empresas transnacionales generan en estas mismas dimensiones. Dicho de otro modo: los efectos negativos de la presencia de las transnacionales por todo el mundo no son meras consecuencias negativas de “malas prácticas”, sino que constituyen las condiciones necesarias para sostener y aumentar su poder a todos los niveles. De ahí que sea imprescindible continuar con la investigación, documentación y sistematización de los abusos cometidos por estas empresas, no sólo para proteger los derechos fundamentales de las mayorías sociales, sino también para reflexionar y proponer modelos alternativos de economía y sociedad que no sitúen a las multinacionales como los actores centrales del “desarrollo”.

Por eso, en OMAL se incluyen materiales documentales sobre los efectos de la expansión de las compañías transnacionales -de origen externo y propio-, que ponemos a disposición de las organizaciones sociales, políticas y sindicales, además de a los centros institucionales, académicos y de investigación social y económica.

OMAL trabaja en coordinación con organizaciones sociales, políticas y sindicales, instituciones, universidades, ONG y centros de estudios de América Latina y del Estado Español. En el año 2008, OMAL suscribió un convenio de colaboración con la Escuela Universitaria de Relaciones Laborales de la Universidad del País Vasco (UPV/EHU) que continúa hasta la actualidad

- Tríptico de presentación de OMAL >>


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  • Hola,solo quería felicitarlos y apoyar esta organización.Pienso que es necesario que se tome conciencia de todo lo que pasa a nuestro al rededor,quiero ser parte de la reconstrucción de mi América latina.Saludos desde Córdoba Capital!!


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