OMAL

Manos

María González Reyes

Domingo 7 de agosto de 2022

La carta olía a menta y provenía del otro lado del océano. Lo más raro de ese lugar al que llegó era que los años se dividían en estaciones y por eso no podías usar la misma ropa todos los días. En algunos meses sobraban sobre la piel incluso las camisetas de manga corta. En otros, solo frenaba el castañeteo de dientes una bufanda de lana bien ceñida al cuello.

Fue al poco tiempo de llegar cuando se dio cuenta de la importancia de las manos. De por qué tantas culturas, a lo largo de la historia, habían decidido dejar las huellas de sus manos en distintos lugares. En las paredes, en las vasijas de cerámica, en las semillas.

Lo supo cuando otra niña que hablaba un idioma diferente le tendió la mano y, agarrada una junto a la otra, se fueron a bañar al río.


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