OMAL

Fregar

María González Reyes

Domingo 31 de octubre de 2021

Primero llenar el cubo de agua y, después, echarle jabón. Ese es el orden. Si se hace al contrario se genera demasiada espuma y se tarda más en terminar. Luego se mete la fregona dentro y se escurre bien. Se saca y todo el cuerpo gira para acompañar al movimiento del palo que sujeta el mocho. Primero hacia la izquierda, luego a la derecha. Ocho veces. Izquierda, derecha. Izquierda, derecha. Izquierda, derecha... Hasta donde da de sí el brazo. Y, después, otra vez al agua. Girar el palo para aclarar un poco la fregona. Escurrir. Sacar. De nuevo. Ocho veces. Primero hacia la izquierda y luego de vuelta. Fregona al agua que está dentro del cubo. Aclarar. Escurrir. Mover el palo sujetándolo con ambas manos. Una más arriba que la otra, y moverlo hasta donde llegan los brazos estirados. Ocho veces. Izquierda. Derecha. Aclarar. Escurrir. El palo bien agarrado. Ocho veces. Una mano arriba, la otra más abajo, escurrir, aclarar, la fregona de vuelta al cubo, agua cada vez más sucia, el palo que gira sobre si mismo, escurrir...

Al llegar a esa esquina siempre se detiene. Apoya la espalda contra los azulejos gris perla y descansa ligeramente las piernas. Entonces mira cómo se va evaporando el agua con la que acaba de limpiar mientras disfruta del olor a suelo recién limpio. Después, sigue haciendo el resto de las tareas.


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