OMAL

Vida y resistencia en el norte y este de Siria

Sara A. De Ceano-Vivas Núñez (Monográfico OMAL, nº 1, abril de 2020)

Domingo 12 de abril de 2020

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Hay una frase que se repite en muy diferentes situaciones entre los simpatizantes y militantes del movimiento de liberación de Kurdistán, pero que a día de hoy, también afirman personas de las diferentes naciones que creen en el sistema del confederalismo democrático, que la Administración Autónoma del Norte y Este de Siria, está aplicando con lento pero firme caminar.

Esta frase es Resistencia es Vida”. Porque tanto en Kurdistán como en todo Oriente Medio o resistes o mueres. Y no es solo un dicho o una consigna. Es una realidad vital, que mantiene en pie de lucha a miles de personas, que actualmente están sufriendo una ocupación brutal por parte del segundo ejército más grande de la OTAN, aliado con grupos radicales sedientos de sangre y dogmatismo.

Resistencia y solidaridad son las bases para cualquier victoria. La resistencia militar es indispensable en una guerra abierta, pero es solo una parte del camino hacia la victoria. Si el pueblo no te respalda y no se compromete, ningún triunfo puede ser total. En cambio, incluso teniendo pérdidas militares; si el pueblo resiste, te apoya y se sacrifica, ninguna victoria del enemigo puede ser completa.

Si no fuera por la solidaridad, el alcance de la catástrofe para los más de 400 mil desplazados que han tenido que huir de las regiones de Sere Kaniye y Gire Spi, sería aún mucho mayor. Vecinos de ciudades como Haseke, Qamishlo o Raqqa están acogiendo a los desplazados en sus casas, con todos los costos materiales y económicos que supone. Muchos vecinos ayudan en los colegios donde están los desplazados, llevando provisiones, pagando por la atención médica de los niños o ancianos, organizando la logística y las necesidades materiales. Las ONG’s internacionales abandonaron el territorio en las primeras semanas de la invasión, y tanto para las ONG’s locales como para la Administración, la situación es desbordante.

Hay acciones, manifestaciones y comunicados todos los días. Todos los días una institución, asociación, colectivo o comuna promueve una acción de repulsa a la invasión. Estudiantes, familias de mártires, docentes, trabajadores, personal sanitario. Mujeres y hombres. Ancianos y jóvenes. Árabes, kurdos, turcomenos, siriacos, armenios, chechenos, asirios y ezidis. Cada cual es su área impulsa la participación desde la base, para que la sociedad se autoorganice contra la invasión, y de esta forma, reducir las secuelas que provoca la guerra.

El otro día hubo una gran manifestación promovida por los mutilados y heridos de guerra, así como las familias de los combatientes caídos. Cientos de personas se congregaron. Marchaban con la frente muy alta, empujando las sillas de ruedas de aquellos que dieron su cuerpo y alma en la defensa de su pueblo. Las madres de los mártires alzaban las fotos de sus hijas e hijos muertos en combate. Algunas fotografías contenían hasta tres retratos juntos. Un grupo numeroso de niños portaban las fotos de las últimas diez criaturas asesinadas por Turquía en Sehba el pasado 2 de diciembre. Todos ellos chillaban con toda la fuerza de sus pulmones ¡Vivan las Fuerzas Democráticas de Siria! ¡Resistencia es Vida!

Las HPC-Jin, como fuerzas de defensa civiles exclusivas de mujeres, promueven tareas esenciales para la protección de sus comunidades, así como son un apoyo indispensable para los y las combatientes en el frente. Estas mujeres son mayormente madres militantes, organizan las tareas del hogar y cuidan de sus hijos e hijas al mismo tiempo que organizan la defensa de sus barrios y pueblos. Hacen guardias nocturnas, dan formación de autodefensa a sus vecinas, organizan cocinas populares para hacer las raciones de alimentos para el frente, “Estamos concienciando a nuestras comunidades para que estén alertas ante posibles ataques que puedan ocurrir. Al estar conectados con nuestro pueblo y sensibilizarlo sobre la situación de seguridad, queremos evitar que el enemigo pueda infiltrarse entre nosotros." dice Sabah Rejid, responsable de HPC-Jin.

Una de las acciones más directas contra la ocupación es la campaña Boicot Turquía. Diferentes asociaciones se pusieron de acuerdo para promover una concienciación entre consumidores y comerciantes para boicotear los productos turcos en las tiendas del norte y este de Siria. Ahora, andando por la calle, puedes ver que algunas tiendas tiene en los escaparates un cartel de la campaña, anunciando que ese establecimiento no promueve la venta de productos turcos. Civin, responsable de la campaña Boicot Turquía en Haseke, sabe que esta campaña es una lucha a largo plazo “Es una guerra contra la falta de conciencia, tomará tiempo hasta que la mentalidad dentro de la sociedad cambie. (...) Pero cuando seamos más y más, podremos tener grandes efectos. Podremos poner un límite a la economía turca.” Esta campaña ha tenido un fuerte despliegue en todas las grandes ciudades de la Administración, de hecho, uno de los lugares que mejor acogida está teniendo es la ciudad de Raqqa, de mayoría árabe. “No es solo una resistencia económica. Si no usamos los productos turcos en el día a día también hacemos visible nuestro rechazo completo. Porque estos productos huelen a sangre, es nuestra sangre la que está pagando estos productos.” concluye Civin.

Las formas de resistencia son múltiples, fluyen, cambian y se adaptan a las circunstancias, los pueblos y las personas. Toda resistencia es importante. Cada resistencia individual y colectiva es imprescindible para la victoria. De hecho los pueblos del norte y este de Siria nos demuestran que la única manera de vivir es resistiendo.

 


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