OMAL

En el país más feliz del mundo

Prólogo de Pedro Ramiro al libro “Horas de guerra, minutos de paz” (Libros en Acción, 2018)

Jueves 27 de junio de 2019

El conflicto armado más antiguo del planeta. Más de siete millones de desplazamientos forzados y trescientas mil personas asesinadas o desaparecidas. Una guerra, alimentada por el negocio del narcotráfico y los intereses de las grandes transnacionales, que más allá de la confrontación militar con las guerrillas hunde sus raíces en la violencia política y en la disputa por el control de la propiedad de la tierra. Unos gobiernos que han blindado la riqueza de unos cuantos empresarios y terratenientes por encima de los derechos de las mayorías sociales. Y un ejército y policía y grupos paramilitares dedicados a señalar como insurgentes y dar de baja a quienes se atrevan a oponerse a la locomotora del crecimiento y el desarrollo. Y, con todo, una multitud de comunidades indígenas y afrodescendientes y campesinas y organizaciones sociales que luchan por defender el territorio y los bienes comunes, anteponiendo el sostenimiento de la vida y de los procesos que la hacen posible a la lógica de la ganancia.

En Colombia conviven realidades que se tocan y se dan la espalda. Desde el jefe del Estado galardonado con el Nobel de la Paz por firmar un acuerdo con la guerrilla que en su mayor parte nunca va a cumplirse, hasta las madres que entierran a sus hijos que se fueron en busca de empleo y luego fueron ejecutados por los militares y presentados como falsos positivos. De hombres armados que tirotean a líderes sociales en plena calle a miles de rostros anónimos que cada día ponen el cuerpo para construir proyectos de vida digna en medio de la dinámica de la guerra. Este libro nos cuenta muchas de esas historias a través de una sucesión de experiencias, recuerdos, emociones y conversaciones que, tomando la forma de los microrrelatos de Emilio Polo y las ilustraciones de Bastardilla, nos transportan a la realidad cotidiana que se vive en “el país más feliz del mundo”. Una narración en primera persona en la que, al modo de los mejores corresponsales de guerra, el autor no es el protagonista del relato sino un observador que presta su voz a personas y situaciones que nunca saldrán en los noticieros. Tomando partido con la lucha contra la opresión, caminando la palabra por la justicia social.

Con Miguel Romero aprendimos que “cuando se trabaja en una organización no gubernamental para el desarrollo (ONGD), la militancia solidaria no es algo natural, espontáneo, sino que hay que encontrarle su lugar, al precio de contradicciones inevitables”. No se trata de obviar esas contradicciones, sino de “reconocerlas, buscar cómo afrontarlas y asumir los riesgos de la coherencia cuando se plantean conflictos abiertos en los que hay que elegir campo”. Él siempre tuvo claro en qué terreno debía jugarse la cooperación internacional: “Las ONGD comprometidas efectivamente en la acción solidaria están junto a los movimientos sociales, aunque tengan que asumir los riesgos y los esfuerzos de remar contra la corriente”. Emilio Polo, militante internacionalista y trabajador en el sector de la cooperación desde hace más de dos décadas, ha trabajado en Colombia con la asociación Paz con Dignidad durante cinco años y actualmente es el coordinador del área de cooperación de esta ONGD. Y en estas páginas transita justamente por ese camino.

Porque, en el marco de una crisis capitalista que está muy lejos de haberse cerrado, con unas políticas de ajuste estructural y unas medidas de “austeridad” que solo han servido para la recuperación de los beneficios empresariales, mientras avanzan la acumulación por desposesión y la mercantilización de cada vez más esferas de la vida y aumentan la pobreza y las desigualdades, si la cooperación internacional todavía puede cumplir alguna función es precisamente esa. La de enredarse, dejando atrás las dinámicas Norte/Sur y donante/receptor que han caracterizado la “ayuda al desarrollo” desde hace demasiado tiempo, con todos aquellos colectivos, pueblos y comunidades que día a día, aquí y allá, siguen resistiendo a la depredación capitalista y tratan de construir alternativas que prefiguran esos nuevos mundos posibles. Ese es el sentido de la cooperación solidaria y, sin duda, el de este trabajo.

 


Pedro Ramiro, coordinador del Observatorio de Multinacionales en América Latina (OMAL)Paz con Dignidad.


Ver en línea : “Horas de guerra, minutos de paz”.