Ropa tendida

María González Reyes

Lunes 9 de enero de 2023

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Me gustan los edificios de pocas plantas que tienen patios de vecinas. Patios llenos de ventanas que están tan próximas que la gente se da los buenos días cuando las abre. Patios que dan a un espacio interior por donde entra la luz solo a ratos. Patios llenos de cuerdas de las que cuelga la ropa que interrumpe los rayos de claridad. Me gusta la ropa tendida porque significa que ahí vive gente. Personas que lavan y tienden al sol y al viento que consigue colarse a pesar de las paredes.

La ropa recién tendida, con o sin olor a jabón, es un símbolo de vida. En campos de personas refugiadas. En las periferias de las ciudades donde las calles son de polvo. En los parques donde duermen las que no tienen casa. Sobre alambradas. En cuerdas que luego se usan para otras cosas. Donde habitamos siempre hay lugares para tender.

Lavar la ropa es un símbolo de vida y también de dignidad para muchas personas, casi todas mujeres, que dedican tiempo y empeño a esta tarea. Mujeres que lavan aunque no tengan lavadora. Que lavan aunque lo limpio vaya a durar poco.

En la ciudad donde vivo hay una ordenanza municipal que dice: “queda terminantemente prohibido secar ropa en los balcones” y “colgar prendas o cualesquiera otros efectos u objetos en las fachadas de las casas”. En la ciudad donde vivo no está permitido mostrar que sus habitantes lavan la ropa y la tienden al sol.

La identidad de los barrios y de la ciudad misma que se genera de las puertas de las casas hacia afuera tiene que ver con muchas cosas, una de ellas es mostrar o esconder la ropa recién limpia. De las tareas que hacen posible la vida como barrer, lavar los platos, cocinar o fregar, la ropa tendida en el exterior es de las pocas que se puede visibilizar en el espacio público, que rompe el cerco de lo que ocurre en el interior de las casas.

Mostrar la ropa tendida es una manera de hacer visible que la vida requiere de tareas que permanecen ocultas en el ritmo frenético de la ciudad. Mostrar un tendedero con manteles y calcetines es contar que para salir a la calle se tiene que cumplir previamente el requisito de tener ropa limpia que ponerte.

En la ciudad donde vivo hay una ordenanza que dice que esta tarea tiene que quedarse encerrada en el interior de las casas. En el silencio junto con las otras tareas de cuidados. Quizás, hacerla visible es una forma de contribuir a mostrar que existe, que es importante. Quizás, es una manera de que la gente que camina por la ciudad vea quiénes se ocupan de hacerla, mujeres que viven en sus casas, mujeres que trabajan en casas en las que no viven, mujeres…

En la ciudad donde vivo hay una ordenanza que no tiene en cuenta que hay muchas personas viviendo en casas en cuyo interior no hay espacio para tender la ropa.

En la ciudad donde vivo hay barrios que se saltan la normativa municipal y, al pisar sus calles, puedes ver sábanas, bragas, camisetas y toallas colgando a su antojo. Barrios que cuentan historias que salen de la ropa tendida al sol y al viento.

Ver en línea : El Salto, 8 de enero de 2023.


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