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Día 5. Instantes de la Caravana Abriendo Fronteras

María González Reyes

Miércoles 20 de julio de 2022

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I

Amanece. Algunas personas se levantan temprano para ducharse. Otras buscan un lugar para comenzar el día más en soledad. Se van formando pequeños corros. Buenos días. ¿Dormiste bien?

Aunque no hay previsto desayuno colectivo, con lo que sobró de la cena y lo que cada cual aporta, se monta una mesa común para comenzar el día.

II

El campo de concentración de Argelès no tiene barracones ni edificaciones para baños ni lugares para cocinar. El campo de concentración de Argelès tiene arena. El campo es la playa misma. Una playa de arena rodeada de alambradas y gendarmes. Al otro lado el mar azul hace de frontera.

Estaba pensado para recibir a 4.000 personas. Republicanas. Año 1939. Llegó a haber 100.000.

Ese lugar era un espacio de entrenamiento militar. No era un lugar para la vida.

"Mi madre durante toda su vida contó cuánto había sufrido el tiempo que estuvo aquí". Cuenta la hija de una mujer que sobrevivió en este lugar. Voz quebrada.

Además de personas republicanas había personas judías, personas gitanas. Personas todas. Seres humanos.

Llegaron en un invierno cruel. La arena servía de manta. Algunas madres decidieron hacer el sufrimiento de sus hijas e hijos más corto y adelantaron una muerte segura. Algunas personas se metían en el mar para suicidarse. Hubo violaciones a mujeres por parte de los gendarmes.

Pero la vida busca lugares para abrirse paso. Se organizaron para resistir. Muchas personas lo consiguieron. A pesar de la arena y el viento y el mar y el sol. Había vecinas del pueblo que les pasaban comida a través de la alambrada.

Hay personas que estuvieron 3 o 4 años bajo el sol. Quizás, mirando al mar, algunas consiguieron encontrar la manera de seguir adelante.

III

La Caravana comienza a caminar por la playa. Manifestación en homenaje a todas las personas que estuvieron en este campo de concentración.

Caminan por la orilla. Toma la palabra Hayer Ayachi, madre de dos hijos tunecinos que se subieron a una patera. Madre que no sabe dónde están. Es quien lo puede hacer con más legitimidad en este lugar.

Dice. Seguiré creyendo aunque todo el mundo haya perdido la esperanza.

Dice. Seguiré construyendo aunque los demás estén destruyendo.

Dice. Hablo de paz incluso en medio de las guerras.

Dice. Dibujaré sonrisas en las caras pálidas con lágrimas.

Dice. Sujetaré los brazos de las personas que estén extenuadas.

Dice. Para todas las madres y los familiares de las víctimas del Mediterráneo, deseo que todo el mundo encuentre la paz.

IV

La Caravana, después de caminar por una playa abarrotada de gente que se baña y toma el sol, llega a un monolito que rinde homenaje a las personas republicanas que estuvieron en este campo de concentración.

El monolito está en una zona poco visible. Por eso estamos aquí. Para que se vea. Para recuperar la memoria.

Arriba las gaviotas mientras se canta en homenaje a las y los exiliados del 39. También en homenaje a las personas para las que las fronteras están cerradas ahora. Personas que tienen otra idea de cómo organizar el mundo.

En el Pozo María Luisa. A las barricadas. En la plaza de mi pueblo. El paso del Ebro. Memoria histórica.

Aplausos.

Foto de grupo junto al monolito. Rescatando la memoria.

V

En este lugar el viento no cesa. El sol no cesa. Abajo vivieron miles de personas. Esperando. Esperando quien sabe qué. Quizás una oportunidad para la vida.

El mar azul. Ayer y hoy, se lleva los cuerpos de las personas que mueren al otro lado de las alambradas y los muros.

VI

Por la tarde se visita otro campo de concentración. Rivesaltes. Museo de la memoria que recuerda lo que sucedió en este símbolo de la Europa fortaleza.

El viento tampoco cesa en este lugar. El sol no cesa. Debajo vivieron personas entre 1940 y 2007.

Simboliza la historia del último siglo: primero sirvió para recluir a las y los españoles que huían de la guerra, luego a las personas judías deportadas a Auschwitz, después a argelinos y argelinas tras la descolonización. Luego a personas migrantes sin papeles.

200.000 personas. Más de cien nacionalidades diferentes. Encerradas. Ninguna de ellas había cometido ningún delito: estaban en una situación de detención administrativa únicamente por razones de origen o ideología.

Los medios de comunicación ayudan a este proceso. "Vienen demasiados". "Son peligrosos". Se acaba con la presunción de inocencia. Mejor si están encerrados. Aunque no hayan cometido ningún delito.

Ser una persona extranjera no es solo tener tu origen en otro lugar. Es también pensar diferente. Si imaginabas un mundo más justo podías acabar en estos campos.

No siempre existió la palabra refugiado. Ni refugiada. Hubo un tiempo en el que no era necesaria.

Quedan algunos barracones. Lugares abandonados ahora. En 1940 estaban pensados para 40 personas, aunque llegaba a haber 80. Cuando llegaron los primeros exiliados españoles rompían las camas de madera para tener algo de leña con la que calentarse. Invierno. Dormían unos encima de otros para conseguir un poco de calor. Una ducha cada 15 días. Enfermedades y parásitos recorriendo los cuerpos.

Su alimento eran 80 g de pan al día. Condiciones imposibles para la vida. Muerte.

No tener papeles no es un delito. Nadie debería ir a la cárcel por no tener papeles. Por eso el gobierno dice que no están encarceladas. Dice que están retenidas. Pero hay barrotes. Rejas. La puerta está cerrada. No se puede salir.

Este lugar fue un centro de detención (equivalente a un CIE) hasta 2007. En realidad no se cerró, se trasladó al aeropuerto.

Todas las personas que durante estos años estuvieron aquí encerradas no habían hecho nada para romper las leyes. Estos lugares existen en distintas partes del mundo. También en el Estado español.

VII

De estos y otros campos de concentración, la maestra y enfermera Elisabeth Eidenbenz sacaba a las mujeres embarazadas para llevarlas a la maternidad de Elne. Por fuera parece un castillo pequeño.

Un lugar de respiro. De dignidad. De colocar los cuidados en el centro.

Un lugar donde dar la bienvenida a la vida.

VIII

Los cuidados son un requisito imprescindible para la vida. Visibilizar y pensar cómo ejercer los cuidados es, también, una forma de acción política. Cuidados ejercidos, ahora y antes, mayoritariamente por mujeres.

Las mujeres, los ciclos naturales, otros territorios, otros pueblos y otras especies mantienen y soportan las consecuencias ecológicas y sociales de las vidas privilegiadas de muchas de las personas que habitan en los países enriquecidos.

El feminismo ayuda a repensar qué es el poder, qué significa estar a salvo, qué es una sociedad que refugia, cómo construir espacios seguros.

Porque tenemos que hacernos cargo de los límites y la vulnerabilidad de lo vivo. 

Porque es necesario construir relaciones comunitarias para enfrentar los escenarios futuros. 

Ver en línea : Día 1. Instantes de la caravana abriendo fronteras.


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