Tardes de verano
María González Reyes
Domingo 12 de junio de 2022
Las tardes son para estar en la plaza. Pipas. Cerveza. Porros. A mí me gusta estar ahí. Aunque los bancos estén to sucios y en invierno te cagas del frío. Al final acabamos tol mundo pegao pasándonos las birras que también calientan. Lo prefiero al verano, me harta que me miren las tetas. Pero prefiero estar con tíos que me miran las tetas que estar en mi casa. Eso seguro. Incluso en verano. Es por los tirantes. Lo de las tetas, es porque no consigo una camiseta de tirantes en la que no se me salgan un poco. Sobre todo si la cosa se anima y nos ponemos a bailar. Cuanto más muevo los brazos más se me salen. Mi madre dice que da igual, que no depende de que la camiseta sea barata. Que es por el tamaño, que a ella le pasa igual. Me gustaría que, al menos, me pidiesen permiso. “El aire es de todos” me dijo el otro día el gilipollas del Pani cuando le dije que parase de mirar. “Si no quieres que te mire no las enseñes”. Y me quedé mirándole a los ojos fijamente por lo menos diez minutos seguidos. Se rayó mazo. “El aire es de todos”, le dije, y luego le mandé a la mierda. Digo yo que algo podré decir en relación a las miradas a mis tetas. Que son mías joder. El otro día la Alba también se lo dijo a uno que era amigo del Migue, le dijo que parase de mirarla. El colega flipó y se puso agresivo a gritarle a la Alba que de qué iba, que fuera a mamársela un rato y a ver lo bien que sabe su polla. Y yo cuando me di cuenta de lo que estaba pasando salté del banco y me puse a gritarle que era un gilipollas y que dejara de mirar las tetas de Alba y que nosotras no chupamos las pollas de ningún hijo de puta cerdo. Me sentí poderosa. Porque no veas lo bien que sienta saber que otra te apoya en esto de las tetas. Desde ese día nos llevamos más, la Alba y yo, apoyarte y defenderte frente a los tíos gilipollas que se piensan que tienen derecho sobre nuestras tetas une. A mí el feminismo y lo morao me la sudan, pero cuando alguien molesta a una colega mirándole las tetas sin que a ella le mole, la defiendo a muerte.
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