El poder corporativo en la Europa del capital
Erika González y Pedro Ramiro (Dossieres EsF, nº 43, otoño de 2021)
Lunes 8 de noviembre de 2021

Más de 100.000 millones de euros desde el inicio de la pandemia. Eso es lo que durante el último año se ha gastado el Banco Central Europeo en la compra de bonos emitidos por las empresas transnacionales europeas. Entre ellas, varias de las mayores compañías españolas, como Iberdrola, Repsol, Telefónica, ACS, Enagás y Colonial (Nualart, 2020). Y se viene anunciando la llegada de los fondos Next Generation, 750.000 millones que habrán de ser invertidos en los próximos dos años para la «reconstrucción» de la economía europea. Todo este presupuesto, generado vía endeudamiento, tendrá una vez más a las grandes corporaciones como las principales beneficiarias. En medio de la mayor recesión que ha conocido Europa desde hace un siglo, que ha redundado en una extensión de la precariedad y un aumento de las desigualdades sociales, las cifras del gigantesco rescate a las grandes empresas contrastan con las destinadas a responder a las necesidades fundamentales de la mayoría de la población. El Fondo Social Europeo plus únicamente ha invertido 4.000 millones anuales en las políticas relacionadas con educación, sanidad y empleo.
Los intereses de las grandes corporaciones, en realidad, forman parte del núcleo esencial de la Unión Europea (UE) desde sus orígenes. Para apuntalar su centralidad, se ha ido afianzando una armadura jurídica que blinda sus «derechos» por encima del interés general. Lobbies, puertas giratorias y think tanks engrasan toda esta alianza entre instituciones públicas y transnacionales. De ahí que el grueso del rescate con fondos públicos, al igual que sucedió tras el crash de 2008, privilegie a las mayores compañías europeas. Hace una década fueron los bancos los que recibieron miles de millones para sostener sus negocios, ahora son las grandes corporaciones de los principales sectores productivos. Todo ello se arropa con una retórica verde, violeta y digital, con la que pretende legitimarse un proyecto que multiplica los conflictos socioecológicos para garantizar los beneficios de las transnacionales europeas.
Seguir leyendo aquí >>
Ver en línea : Dossieres EsF, nº 43, otoño de 2021.