Energía hidroeléctrica: el dinero para las empresas cae del cielo
Dani Domínguez (La Marea, 13 de agosto de 2021)
Lunes 30 de agosto de 2021

En Cáceres, el embalse de Valdecañas alcanza el nivel más bajo de agua de su historia. El de Alcántara, en la misma provincia, cuenta con 30 puntos porcentuales menos de agua embalsada que la media de los últimos 10 años en estas mismas fechas. El de Ricobayo (Zamora), al 12%, está prácticamente seco mientras que el año pasado, en estas mismas fechas, estaba al 73%.
Iberdrola es la empresa explotadora de estos tres embalses. En un comunicado enviado a los medios de comunicación, la compañía vasca reconoce haber usado las “reservas” de los pantanos para la producción de energía. Sin embargo, sostienen que la reducción del nivel del agua tiene un “carácter coyuntural” y que se recuperarán en época de lluvias. Asimismo, en el contexto de altos precios que vive el país –la luz encadena cinco días de records históricos en su coste final–, Iberdrola defiende que gracias a la generación hidroeléctrica se ha “satisfacer la demanda a un precio inferior a si esa demanda se hubiese cubierto con centrales de mayor coste”.
Generación barata, venta a precios altos
La conformación del actual mercado de la energía en España permite a las centrales hidroeléctricas hacer un buen negocio gracias a un recurso público como es el agua. El sistema primero cubre la demanda con energías renovables como la fotovoltaica y la eólica, además de la nuclear. A partir de ahí comienzan a entrar otras como la hidráulica y, finalmente, el gas, que es la más cara de todas. Y es la última tecnología en entrar en el pool la que determina el precio para todo el mercado; es decir, si hace falta gas para abastecer la demanda, el consumidor va a pagar el resto de energías al precio del gas aunque sus costes de producción sean mucho más bajos.
Esto es lo que se conoce como “beneficios caídos del cielo”, con los cuales pretende acabar el Gobierno actual. “Yo los llamo intereses de usura, y es la gran diferencia que en algunos casos hay entre el coste de la producción de la electricidad y el precio de venta de la electricidad”, explica el ex director general del Instituto para la Diversificación y Ahorro de la Energía (IDAE), Álvaro del Río. De acuerdo con los datos del Operador del Mercado Ibérico de Electricidad (OMIE) recabados por elDiario.es, el gas marcó el precio de la luz el 20% de las horas durante el mes de julio. De esta forma, en 1 de cada 5 horas, la energía que estuviese dentro del pool y que fuese generada por otras fuentes, fueron pagadas al precio del gas, con los consiguientes beneficios para las empresas productoras.
Sin embargo, aunque el gas no entre dentro del mercado en determinadas horas porque la demanda es menor, las centrales hidroeléctricas han seguido obteniendo una importante sobrerretribución. Esto es posible gracias a otro concepto conocido como coste de oportunidad. Soledad Montero, miembro del área de Energía de Ecologistas en Acción, lo define así: “Es la forma que tiene el capitalismo para decir que te roban de manera legal”.
Tal y como explica del Río, la gran diferencia entre la energía hidroeléctrica con otras como la fotovoltaica o la nuclear es que la primera puede producirse a placer, es decir, cuando la empresa que dispone de ella lo desee gracias a que el combustible, el agua, puede almacenarse. “La nuclear tiene que estar funcionando todas las horas del año, por lo que su energía es la primera que se oferta. Mientras, la hidroeléctrica es todo lo contrario: la puedes colocar cuando quieras y como quieras y lo pueden hacer en el instante en el que saben que van sacarle más dinero”, expone el exdirector general del IDAE.
Esta posibilidad permite a las empresas concesionarias de las instalaciones turbinar agua cuando lo deseen y, sobre todo, ofrecer al mercado esa energía al precio que consideren. Y en un momento de alta demanda como el vivido en las últimas semanas, ha sido muy rentable abrir las compuertas en las centrales hidroeléctricas. Tanto es así que, según el OMIE, en lo que va de año la energía hidroeléctrica ha sido la segunda más cara de todas, con un precio medio en aquellos días que marcó el coste de 69,5 euros el KWh para la hidráulica normal y 71,7 euros el KWh para la hidráulica de bombeo. La importante producción de esta energía, que ha dejado en mínimos a muchos embalses, ha provocado que el pasado mes de julio la hidroeléctrica marcase el precio de la luz el 60% de las horas.
Según Soledad Montero, el negocio hidráulico es muy rentable: “El gas tienen que comprarlo, y como el precio es alto, pues obtienen un pequeño margen de beneficio. Pero el agua no, el agua es gratis: usan nuestra propia agua y nos cobran por ella a precio de gas o casi”, se queja. Añade Álvaro del Río que el coste de mantenimiento de este tipo de infraestructuras “es muy bajo” y la mayoría ya han sido amortizadas desde que se construyeron hace décadas.
Iberdrola, la gran beneficiada de este sistema
La eléctrica vasca es la reina de la energía hidroeléctrica. Según los últimos datos disponibles, Iberdrola cuenta, solo en España, con 164 centrales de energía hidráulica capaces de producir hasta 10.018 MW. Endesa no tiene ni la mitad de esta capacidad de generación hidroeléctrica: 4.753 MW. De acuerdo con su último informe semestral, durante los primeros 6 meses de 2021, la producción neta de energía hidroeléctrica de Iberdrola ha sido de 9.376 GWh, un 40% más que en el primer semestre del año anterior.
Ambos expertos coinciden en señalar que Iberdrola fue sancionada “por manipulación en el precio de la energía eléctrica” a través de sus centrales hidroeléctricas. Así, en 2015 fue multada con 25 millones de euros por parte de la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia al considerar que había incrementado el precio de la oferta de las centrales hidráulicas de los ríos Duero, Sil y Tajo a finales de 2013.
En ese momento, los precios también estaban al alza, aunque en un porcentaje mucho menor que en la actualidad. En ese caso, lo que habría hecho según la investigación es cerrar las compuertas para que entrase el gas en el pool, “asegurando así un precio de mercado más elevado que el que se habría obtenido de otro modo”, en palabras de la CNMC. Tras un recurso, la causa está ahora en manos de la Audiencia Nacional. “Desgraciadamente, por parte de la administración no hay un departamento de supervisión para vigilar cómo funciona en cada momento. Solo lo hacen cuando hay una reclamación o una anomalía”, se queja Álvaro del Río.
Una parte importante de las concesiones de Iberdrola provienen del franquismo, gracias a la buena relación entre el dictador y el presidente de Hidroeléctrica Española (Hidrola), que tras la fusión con Iberduero en 1992 dio origen a la actual multinacional. José Luis de Oriol y Urigüen fue presidente de Hidrola y, en palabras de Antonio Maestre en su libro Franquismo S.A., “uno de los financieros principales del golpe de Estado de 1936”. Su “línea ideológica consecuente […] con los principios ideológicos del pensamiento tradicionalista y del Movimiento Nacional” le sirvió para que el propio Franco le devolviese el título nobiliario que había perdido durante la República. Le sustituyó en la presidencia su hijo José María de Oriol y Urquijo, alcalde de Bilbao (1939-1941) y procurador de las Cortes franquistas (1955-1977).
“Lo más sangrante no solo es que jueguen con el precio de la electricidad y que utilicen energías que están ya más que amortizadas y a las que le sacan mucho rendimiento; sino que a esto se le une que al proceder de presas, han conllevado sufrimientos en cuanto a abandono de pueblos y destrucción de patrimonio natural e histórico”, se queja Erika González, investigadora del Observatorio de Multinacionales en América Latina y coordinadora del área de Agua de Ecologistas en Acción.
Ver en línea : La Marea, 13 de agosto de 2021.