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Caravana Abriendo Fronteras 2021

Instantes de la caravana (V)

María González Reyes

Viernes 23 de julio de 2021

I

Amanece como cada mañana pero hoy las caravaneras se levantan antes: el ferry hacia Tenerife sale temprano. 

El agua del océano se mueve. Olas que generan mareos y vómitos a los pocos minutos de partir. ¿Cómo será el trayecto en una patera sin asientos, sin baño, sin techo, sin bolsa para vomitar?

Al llegar un grupo de personas con pancartas escritas sobre cartones reutilizados da la bienvenida. Palabras en árabe, francés y castellano. 

En el paseo marítimo al lado del puerto se forma un círculo de música y baile. Sonidos para celebrar el encuentro. Ritmos que suenan a otro continente al que, en realidad, pertenece este lugar.

Baila quien le apetece. Como si en ese instante no importara nada más. 

Al fondo, picos de montañas que se parecen a las que dibujan las niñas y los niños.

II

Rueda de prensa. Los gritos de ¡Llibertad, libertad, libertad! Se lanzan hacia las personas que deciden, desde despachos pulcros y mantenidos siempre a la temperatura de máximo confort, si las personas tienen o no derecho a moverse del lugar que les vio nacer.

Una semilla de diente de león vuela entre la gente mientras distintas personas cogen el micrófono para hablar.

Pelo negro, liso, corto. Mujer mexicana. De esta manera subversiva le decimos al sistema capitalista que las personas somos más importantes. Que nuestra manera de resistir es construir redes.

La lucha, sin ustedes, no es válida. Dice dirigiéndose a los compañeros que llegaron en patera y han venido a dar la bienvenida a la Caravana.

Ubuntu, porque ustedes somos nosotras y nosotras somos ustedes.

III 

La manifestación comienza en el Puerto de Santa Cruz y tiene, como primera parada, un monumento franquista. A pesar de la Ley de memoria histórica. Por encima de la Ley de memoria histórica. El monumento continúa ahí. La policía no deja cruzar la calle. No deja que nadie se acerque. Tienen órdenes de cuidar el símbolo franquista. 

Pero las canciones de resistencia entonadas por personas de diferentes territorios, consiguen llegar hasta él y para susurrarle al oído: No pasarán. 

IV

La manifestación continua hasta la Delegación del Gobierno. Allí ocurre que la violencia llama a la calma, porque aunque la policía pega a varias personas que se manifestaban pacíficamente y retiene a una compañera, las personas de la Caravana se sientan en el suelo. No empujan. Confrontan, disienten, desobedecen y resisten sentadas en el suelo. 

Hasta que no suelten a nuestra compañera no nos vamos a mover de aquí. 

Y la sueltan. 

V

Parece como si el orden natural de las cosas se hubiera invertido. Como si lo normal fuera custodiar los monumentos franquistas y pegar a la gente. Como si la libertad estuviera colocada en el lugar de lo que no puede ser. Como si eso fuera lo normal.

Vl

Comida en un parque para reponerse del sol y la carga policial y luego reunión en la plaza de El Fraile.

Cuentan un proyecto de farmacia comunitaria. La farmacia es un lugar por el que pasa la gente del barrio, por eso desde ahí se puede articular ayuda sanitaria y emocional para la gente del barrio. Las y los migrantes también son gente del barrio.

Un grupo de personas se coloca en la parte de la plaza que ocupan las personas que van a tomar la palabra. Para muchas es la primera vez que se dirigen a un público tan numeroso.

Se escuchan historias de dignidad y de resistencia. 

La mayoría hablan en wolof. 

Hay personas senegalesa, marroquíes, saharauis que llevan mucho tiempo haciendo proyectos de acogida a migrantes. Lo hacían ya antes de que la población canaria comenzara a acoger.

Dicen que no quieren quedarse en Canarias. Dicen que quieren continuar su viaje.

Abu se dirige a los chicos que llegaron en patera y viven en las calles de este barrio. Les habla en francés para decirles a sus compañeros africanos que les felicita por haber conseguido llegar. Les dice que hay varios tipos de fronteras. Ya han atravesado algunas vallas y policías. Luego vienen otras, las burocráticas, las laborales, las lingüísticas... el racismo. 

Dicen que han venido a traer el calor africano al frío de Europa. 

Cada vez se animan a hablar más. Agradecen. Ropa. Comida. Cariño. Aunque en realidad no hay nada que agradecer cuando lo que te dan son tus derechos.

Toma la palabra una mujer saharaui que comienza diciendo: cuanta más red seamos más podremos luchar por los derechos.

Y dice también que cuando alguien que ha conseguido llegar a Canarias se desmoraliza porque todo es muy complicado, ella les cuenta que lleva 45 años luchando por la libertad del pueblo saharaui y que todavía no se ha cansado.

El pescado, la arena, el coltán, atraviesan las fronteras sin problemas. Las personas no.

Nadie está empoderado cuando no está en su tierra y no es libre.

La llaman a menudo madres marroquíes que no encuentran a sus hijos de 13 o 14 años. Solo ellas tienen la necesidad de saber dónde están. 

Mujeres migrantes. Violaciones. Violencias múltiples. Necesitan que otras mujeres las escuchen. 

A ellas siempre les es más difícil rehacer su vida con otras personas. Siguen teniendo la responsabilidad de sus hijos e hijas en sus lugares de origen.

En África, desde hace tiempo, hay feminismos más potentes que los europeos. Hay que visibilizarlos.

La lucha feminista será siempre antirracista

VII

Música de candombe y cena colectiva en la plaza preparada por Asociaciones de mujeres africanas.

Gracias por la comida. 

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