Tictac

María González Reyes

Domingo 19 de abril de 2020

Riego las plantas para no pensar que te olvidaste el reloj en la mesilla. Aún así lo miro de reojo. Y miro al cielo. Llueve fijo. Pero aún así las riego. Me distrae porque, de paso, quito algunas hojas, recoloco otras… Las plantas no protestan.

Odio el reloj por no decir que odio el tiempo. Las manecillas. Tictac. Tictac. Tictac. El tiempo que se detiene y se acelera sin importarle si yo quiero hacer que un instante perfecto se detenga. Tictac. Tictac. Tictac. Creo que por eso me gusta trabajar con plantas, en ellas todo es lento, todo se detiene. Casi nadie eligió la especialidad de botánica en la facultad. Les parecía aburrida. A veces lo lento se confunde con lo aburrido. Me gusta el olor a tierra húmeda. Es un olor que surge lentamente después de la lluvia.

Riego las plantas, también, para no pensar en una tierra cada vez más seca.

Tenías solo cincuenta minutos para estar conmigo.

Nada. Casi nada. Tictac.

Pero… te olvidaste el reloj.

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