Cuidados

María González Reyes

Viernes 30 de marzo de 2018

Carmen, a los 14, se había quedado huérfana de padre y, por lo tanto, de escuela. Se presentó en una fábrica de medias porque quería trabajar y la contrataron. De talonera. El primer día de esos tantos que llegarían de costura monótona y veloz, su madre decidió acompañarla a la parada del tranvía. Era invierno. Iré contigo sentenció la noche anterior, y Carmencita se dejó cuidar. Cuando se despertó ya estaba preparada la leche caliente y el pan. Era tan temprano que todavía quedaba mucha noche, pero antes de salir de casa sus hermanas aparecieron vestidas. Vamos con vosotras para que mamá no se vuelva sola desde la parada del tranvía.

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