Vidas
María González Reyes
Domingo 11 de diciembre de 2016
Sale de su casa a las 6:00 y vuelve a las 22:00.
Trabaja en la cosecha del limón.
Es un trabajo duro, y más para una mujer tan flaca como ella.
“Todos los limones lindos se mandan para fuera, a otros países” dice “acá sólo se quedan los feos, pero saben igual”.
Come una vez al día, a la noche cuando llega a casa. El resto del tiempo toma mate.
Cobra 700 pesos al mes.
Su marido está en la cárcel, pero cuando salga ella no le va a dejar que vuelva a su casa, decidió que no quería soportar más golpes.
En los periodos que no hay cosecha no tiene trabajo.
Es ahí cuando comparte más tiempo con sus 8 hijas.
Miente cuando le preguntan si sus hijas van a la escuela por miedo a que se las quiten, “las mando a todas” dice.
Pero la realidad oprime: si ellas no trabajan no comen.
Ver en línea : Más relatos aquí >>