BBVA: dimensión social

A pesar de que el BBVA tuviera un beneficio de 4 millones de euros en 2008, la población con pensión es muy baja porque la compañía no hace seguros a las personas con trabajo informal, es decir, el 60% de la población.

El cambio de un modelo público a uno privado se hizo con la promesa de una mejora de las jubilaciones. El problema es que no fue así, tras la reforma no se consiguió aumentar significativamente la cobertura de las pensiones; de hecho, el anterior sistema habría tenido un alcance mucho mayor. La gestión privada no facilitó que la enorme cantidad de personas que dependen de la economía informal tuviera pensión de jubilación y ello es debido a que las compañías privadas, como el BBVA, no contemplan integrarlas en las pensiones privadas porque tienen ingresos extremadamente bajos.

El Estado, además, tenía que seguir pagando las pensiones anteriores a la reforma, con el añadido de que la privatización de las empresas estatales le anulaba una importante fuente de ingresos. De hecho, el mayor gasto del Tesoro General hoy es para cubrir el pago de las jubilaciones a pensionistas del antiguo sistema, cuyo coste alcanza los 400 millones de dólares anuales. Por lo tanto, el Estado continúa teniendo déficit.

Mientras esto ha ocurrido, las AFP han obtenido ganancias de forma continua —ya en 2001 sus beneficios netos ascendían a dos millones de dólares (Arze, 2003: 27-38)— y la compañía AFP Previsión, la filial del BBVA, ganó en 2008 cuatro millones de dólares. Por otro lado, su actividad no evita la ausencia de protección social para grandes segmentos de la población, más bien al contrario: deja
desprotegida a gran parte de la población activa que trabaja en el sector informal, en 2007 llegó al 60%.

 

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