La rentabilidad de los nuevos mercados

Además de contribuir a la creación de valores intangibles para la empresa, la RSC es una vía para extender las operaciones de las multinacionales a nuevos nichos de mercado y mejorar la rentabilidad del negocio empresarial. A partir de la interacción con los grupos de interés —especialmente los clientes y las comunidades locales—, las empresas identifican sus expectativas, lo que redunda en nuevas posibilidades de negocio para las empresas.

Los proyectos de aumento de la cobertura del servicio eléctrico en zonas rurales, la capacitación de usuarios para el mantenimiento de la red de distribución de gas y electricidad, los programas de microcrédito que buscan incluir en el sistema financiero a sectores excluidos de la población, las nuevas estrategias para la comercialización de productos en comunidades con bajos ingresos, los préstamos para el consumo de electrodomésticos... De hecho, en los programas de relaciones con las comunidades locales existen proyectos que directamente están vinculados al propio negocio de la empresa: casi un tercio de los proyectos de acción social de Endesa, Iberdrola, Repsol y Gas Natural están relacionados directamente con la mejora del negocio y los beneficios económicos de estas compañías.

En América Latina, los sectores de la sociedad que hasta hace poco eran considerados como un impedimento para la expansión de las grandes empresas ahora son el público objetivo para novedosas líneas de negocio que se incluyen en la RSC. En el capitalismo inclusivo, siempre con la excusa de luchar contra la pobreza y traer el progreso para la región, las multinacionales desean lograr la ampliación del modelo de negocio de la base de la pirámide.

En el caso del sector financiero, por ejemplo, los dos grandes bancos españoles han hecho una fuerte apuesta por entrar de lleno en este mercado, sobre todo teniendo en cuenta que más de un 60% de la población latinoamericana no se relaciona con las entidades financieras. Sólo en México, el BBVA calcula que el “potencial de bancarización” supera los 30 millones de personas, la mayoría de las cuales forma parte del segmento de más bajos ingresos. Por eso, con el objetivo declarado de «consolidarse, a medio plazo, como una de las mayores redes microfinancieras de América Latina y del mundo», el banco ha puesto en marcha la Fundación BBVA para las Microfinanzas.