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Nos plantamos ante Amazon

Gorka Martija y Maitane Arri (Gara, 26 de noviembre de 2019)

Martes 26 de noviembre de 2019

Un nuevo Black Friday está al caer. La enésima jornada de un consumismo desmedido necesario para sostener un capitalismo salvaje que nos bombardea con el mantra de «tanto tienes, tanto vales». Nada nuevo, por otra parte. Nada que no supiéramos. Salvo por un hecho aparentemente casual y aséptico: es el primer Black Friday que se celebrará estando operativa la nueva planta logística de Amazon en Trapagaran. Hecho que lejos de ser una cuestión trivial, evidencia el enorme control que las empresas multinacionales ejercen sobre todos los aspectos de nuestras vidas.

En este sentido, es necesario rascar por debajo del relato oficial de autoridades autonómicas y forales, que al unísono repican: ¡Qué alegría que gigantes corporativos como Amazon escojan nuestro territorio para asentarse! ¡Todas/os nos beneficiaremos del efecto tractor que ejercen sobre el conjunto de la economía! ¡Y por supuesto del empleo que crearán al instalarse en nuestro entorno! Cuántas veces hemos escuchado estos mensajes, con estas u otras palabras, y cuyo objetivo no es sino justificar la implementación de políticas agresivas de atracción de inversiones que, fundamentalmente, pasan por extender una «alfombra roja» al capital transnacional para que desembarque en nuestro territorio con el máximo posible de facilidades y agasajos, cueste lo que cueste al erario público y al conjunto de la sociedad.

Amazon es un caso paradigmático. PNV y PSE han promovido la modificación ad hoc del PGOU del municipio bizkaino para recalificar los terrenos, eliminar las limitaciones normativas que impedían el establecimiento de una multinacional de estas características y facilitar la adquisición de los mismos por el gigante digital. Si a ello le sumamos toda una serie de incentivos más estructurales –como la reducción del impuesto de sociedades, por ejemplo–, tenemos el mapa completo de una política dictada al servicio de las empresas multinacionales.

¿Pero qué se esconde detrás de este relato con el que nos bombardean? ¿Qué representan para nuestra vida, para el tejido comunitario de las ciudades y pueblos de Euskal Herria, desembarcos como el de Amazon en Ezkerraldea?

En primer lugar, constituye un nuevo hito en el largo proceso de desindustrialización que venimos padeciendo, donde ese tránsito inexorable hacia una economía de servicios se ve simbolizado en el hecho de que el gigante digital Amazon se establezca en los terrenos que antaño ocupara la mítica Babcok & Wilcox.

En segundo término, esta terciarización de la economía tiene como consecuencia y finalidad devaluar al máximo posible las condiciones laborales, con el fin de ofrecer a los inversores costes salariales y laborales «competitivos». Así, empresas como Amazon se encuentran a la cabeza de toda una reformulación a la baja de condiciones y derechos laborales que hasta hace no tanto dábamos por supuestas. A modo de ejemplo, Ezkerraldea ha aparecido recientemente inundada de carteles que, bajo el epígrafe ‘‘Amazon Flex’’, ofrecen «la oportunidad de obtener unos ingresos extra colaborando en el reparto de paquetes». Una empresa que se coloca, por tanto, a la cabeza de la gig economy (economía del bolo) y de la uberización laboral. De este modo, el empleo que cree va a servir para engrosar la base más precarizada de la pirámide laboral vasca.

Tercero, debemos dejar claro que el efecto positivo que pudiera derivar del empleo precario creado no compensará bajo ningún concepto el impacto que sobre el tejido productivo más enraizado en el territorio –y, especialmente sobre el comercio local– va a tener a la larga la instalación de Amazon en el entorno del Gran Bilbao. Así, este ataque se sumará a la oleada de macrocentros comerciales como Ballonti, Zubiarte, etc. que, con la complacencia de las autoridades, ya vienen corporativizando el consumo en nuestro territorio y acabando con el tejido comercial tradicional de proximidad. En este caso, no podremos alegar ignorancia, ya que los efectos devastadores de empresas como Amazon sobre el comercio local están más que contrastados. Tampoco sobre la deliberada apuesta de las instituciones en este sentido.

Cuarto, Amazon forma parte –junto con Google, Facebook, Alibaba, etc.- del selecto grupo de corporaciones que ejercen el monopolio global del emergente y estratégico negocio de los datos personales que, entre otras amenazas, pone en serio riesgo nuestra privacidad.

Quinto y último, Amazon, gracias a su amplia plataforma de escala global, facilita no solo una lógica consumista en un momento de colapso ecológico, sino que además promueve un comercio de carácter internacional, acumulando beneficios a costa de pequeñas empresas de todo el mundo –a las que impone sus condiciones–, a la vez que generar insostenibilidad y fomenta el cambio climático, debido al transporte desaforado de los productos con los que comercializa.

En definitiva, desde la Campaña Euskal Herriak Kapitalari Planto! queremos aprovechar este Black Friday para poner sobre la mesa el debate sobre el rol que empresas como Amazon juegan en la subordinación de nuestras vidas a sus intereses corporativos, más en este caso, en el que existe un aterrizaje físico y tangible sobre nuestro territorio. Asimismo, llamamos a toda la ciudadanía vasca a participar en la manifestación que el colectivo en defensa de los derechos de la juventud trabajadora de Bilbo Eragin ha convocado para el próximo 29 de noviembre en Bilbo contra la precariedad, la explotación, las casas de apuestas, el patriarcado y el capitalismo, expresiones todas ellas de un modelo que empresas como Amazon encarnan a la perfección. Euskal Herriak Amazon-i Ez! ¡No al consumismo, no a Amazon!

 


Gorka Martija y Maitane Arri, de la campaña Euskal Herriak Kapitalari Planto!

Ver en línea : Gara, 26 de noviembre de 2019.


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