“Profe, me ha impactado mucho, escuchando a Roberto, que desde el proceso campesino al que pertenece y ante tantas agresiones sufridas jamás se plantearan el uso de la violencia como respuesta. Parece que cuanto más en contacto estés con los tiempos de la Vida, como les pasa a los campesinos, más lejos estás de la muerte”, decía el estudiante en clase.

“Profe, a mí me gusta mucho leer. Lo que pasa es que, cuanto más leo, más discuto con mis padres y familiares y más me replanteo todo lo que me han enseñado de pequeña y, eso, me hace sufrir”, me decía la estudiante.

“Profe, yo en vez de escribir el trabajo final sobre el conflicto armado he hecho esta composición musical”, me dijo la estudiante y ahí percibí, una vez más, cómo los acordes de la amargura o de la esperanza se transmiten muchas veces mejor por la música que por la palabra.