En mi pueblo de agricultoras y agricultores antes la comida se vendía en las casas. Cada familia cultivaba un tipo de alimento, fuera fruta, verdura o cereal, todas las casas tenían lo suficiente para abastecerse durante todo el año. En mi pueblo, antes, los portales de las casas estaban adornados por sillas con alimentos que les sobraban y que podían vender. Llamabas al timbre y comprabas lo que necesitabas. En mi pueblo, luego, se abrieron pequeñas tiendas donde se vendían alimentos cultivados a menos de 50 kilómetros. En mi pueblo, ahora, hay 3 grandes supermercados: Aldi, Mas y Mas, y Mercadona. En mi pueblo ya no hay sillas en las puertas. En mi pueblo ya no hay pequeñas tiendas donde encontrar alimentos. En mi pueblo, ahora, las familias van a comprar a los grandes supermercados en coche. En mi pueblo, ahora, los carros de la compra solo los llevan las mujeres adultas mayores para apoyarse, pues prefieren que las vean como ‘amas de casa’ antes que vulnerables. Mi pueblo esta rodeado de naranjos y arrozales, pero nadie los consume, se venden como souvenir. Mi pueblo podría ser cualquiera de la costa valenciana.