Marlén
María González Reyes
Miércoles 30 de agosto de 2017
Su piel marrón oscuro contrasta brillante con el pantalón y la camiseta, en dos tonos de verde muy próximos. No aprendió a leer hasta los doce años, pero a partir de ahí se lo leyó todo seguido, y los libros le ayudaron a comprender lo que pasaba en su casa, en su barrio y por qué sus vidas eran más duras que las piedras de río.
Ahora trabaja en la cárcel con las mujeres que no pueden salir. Les lleva libros e historias de lo que ocurre afuera y les ayuda a que proyecten una vida más allá de esos muros.
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