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La Inversión Extranjera Directa y las empresas transnacionales en Centroamérica

Benjamín Ramos y Laura Zavaleta

Miércoles 15 de septiembre de 2010

Las empresas transnacionales en Centroamérica determinan el flujo del comercio internacional y, en ese sentido, resulta relevante investigar e indagar el comportamiento del flujo de las inversiones extranjeras en los países de la región, marcado por las características que las empresas trasnacionales imponen en estos países.

Los países de la región centroamericana han percibido, en promedio, desde el año 2000 al 2009, 27.963,1 millones de dólares y se ha registrado una tasa de crecimiento en los últimos nueve años del 65,33%. [1] En el año 2009 se dio una caída del 32,8%, fruto de la recesión económica mundial.

De hecho, la crisis económica en los Estados Unidos, el principal inversionista y destino de exportaciones de las economías de México y Centroamérica, afectó notoriamente las corrientes de IED hacia estos países en 2009, en especial la inversión dirigida a las plataformas de exportación. La IED en Centroamérica recibió 5.026 millones de dólares, lo que equivale a una caída del 32,8% con respecto al año anterior.

Sin embargo, también hay que destacar que, a pesar de la crisis económica de los Estados Unidos, este país continuó siendo la principal fuente de IED en 2009, con una participación superior al 51%, seguido por los Países Bajos con el 13%. En otras palabras, Estados Unidos no ha perdido su hegemonía en el control de los mercados centroamericanos por medio de sus empresas transnacionales.

Después de los Estados Unidos, la Unión Europea es el segundo socio comercial más importante de Centroamérica con cerca del 10% del comercio total de los bienes. [2] Centroamérica (con excepción de Costa Rica) exporta hacia Europa principalmente bienes primarios. Según datos oficiales de la Secretaría de Integración Económica Centroamericana (SIECA), Costa Rica por si
sólo ya es responsable del 59% de las exportaciones hacia la Unión Europea y del 44% de las importaciones.

Relaciones asimétricas

Podemos afirmar que las relaciones comerciales entre la Unión Europea y Centroamérica son asimétricas, más de la mitad de los flujos comerciales se concentra en dos países únicamente, Costa Rica y Panamá.

Para el caso panameño, si bien no se dispone de datos oficiales acerca del destino sectorial de esta inversión, sobre la base de las fusiones y adquisiciones y de los proyectos de inversión anunciados en 2009, es posible inferir que gran parte de la IED fue destinada a los servicios, destacando las inversiones en el sector inmobiliario y de la construcción, así como en telecomunicaciones y turismo. En este ultimo sector, de entre las grandes transnacionales que anunciaron inversiones en el mismo, se encuentran Telefónica (España), Trump (Estados Unidos), Hilton Hotels (Estados Unidos) y Via Tertia (España).

Costa Rica mostró dinamismo en la atracción de nuevos proyectos de inversión destinados principalmente al sector servicios, destacando las inversiones de las empresas estadounidenses StarTek y Motif y la francesa Teleperformance en el rubro de centros de atención. Asimismo, continuó buscando atraer inversiones en manufacturas de alta tecnología y artículos médicos y entre las principales operaciones de 2009 se destacan la entrada de Merrill’s Packaging y las reinversiones de Boston Scientific, Hologic, Hospira y Allergan, todas ellas de los Estados Unidos. [3]

Guatemala recibió un monto de 566 millones de dólares en IED, un 25% menos que en 2008. Debido a que la caída reportada fue la menor entre las economías centroamericanas, el país incrementó su participación en el total de la inversión en la región del 10% en 2008 al 11% en 2009. Entre las mayores inversiones se encuentran las del grupo mexicano procesador de leche Lala, la confitera colombiana Colombina y la estadounidense NCO Group en el rubro de centros de llamadas. El proyecto de inversión de 700 millones de dólares de la empresa de capital chino estadounidense Jaguar Energy tuvo que posponerse por problemas de financiamiento a raíz de la crisis financiera.

Honduras registró una importante caída en los flujos de inversión causada, en gran parte, por las condiciones de inestabilidad política provenientes del golpe de Estado. La IED se redujo a 500 millones de dólares, es decir, que fue un 44% inferior con respecto a 2008. Las entradas de capitales fueron en su mayoría reinversión de utilidades, lo que muestra un escaso movimiento de proyectos nuevos. El sector
más dinámico fue el de las telecomunicaciones y este dinamismo se reflejó, en particular, en las empresas de telefonía celular Tigo, Claro y Digicel, todas transnacionales.

Nicaragua recibió 434 millones de dólares en IED, un 31% menos que en 2008. Los sectores más dinámicos fueron el de energía y minas, debido a la política gubernamental de modificar la matriz de generación de electricidad, el de telecomunicaciones, debido a la ampliación de la red telefónica nacional, y el de turismo. Como consecuencia, el sector energético captó el 51% de la IED mientras que el de comunicaciones sólo el 14%.

Tipo de inversión extranjera en Centroamérica

Al hacer un análisis de los rubros en los que se concentran las IED queda claro que el objetivo de dicha inversión no es en ningún momento la transitoriedad a la industrialización de los países de economías dependientes como son los países centroamericanos sino, más bien, la profundización de las políticas de terciarización de los estados que estas empresas transnacionales imponen en estas economías.

En ese sentido, a nivel sectorial, la manufactura y los servicios continuaron liderando la captación de IED. La industria manufacturera captó un 42% de la IED total, en particular las industrias de productos metálicos, maquinaria y equipos, que representaron el 60% de las corrientes dirigidas al sector manufacturero. El sector de servicios recibió el 50% de la IED y, por su participación en el total, se destacan como principales receptores los servicios financieros (22%), el comercio (10%) y el rubro de otros servicios (16%). Por su parte, el sector extractivo mostró una fuerte contracción y disminuyó su participación del 18% en 2008 al 4% en 2009.Cfr. [4]

El caso de El Salvador

La década de los noventa marca un punto de inflexión en las políticas públicas de El Salvador. Con el arribo de ARENA [5] a la dirección del Ejecutivo se materializaron las recomendaciones del Banco Mundial y el Fondo Monetario Internacion al en la política económica por la vía de la condicionalidad del financiamiento externo. El primer préstamo de ajuste estructural (PAE I) del Banco Mundial incluía como condiciones para su desembolso la privatización del sistema bancario, la desregulación de precios y la reducción de las barreras comerciales, entre otras medidas. Asimismo, el PAE II incorporaba la privatización de las empresas públicas no financieras como una política de ‘modernización del sector público’, que en septiembre de 1996 generó la contratación un préstamo específicamente para esas actividades. [6]

Este proceso permitió que empresas transnacionales se insertaran en la dinámica productiva nacional a través de los servicios públicos, especialmente en la banca y las telecomunicaciones. El supuesto fundamental de estas acciones consistió en hacer creer que la administración pública es ineficiente a todas luces y que la gestión privada unida al flujo de inversión extranjera directa dinamizaría la economía e incorporaría nuevas tecnologías en la prestación de los servicios.

En un inicio de la aplicación de reformas neoliberales en El Salvador, el sistema bancario fue absorbido por la oligarquía salvadoreña. Sin embargo, a partir del año 2008 los establecimientos financieros han sido transnacionalizados mediante la venta a empresas extranjeras como Citibank, HSBC, BanColombia, etc.

El sistema de pensiones, asimismo, tenía como socio mayoritario al Banco Bilbao Vizcaya Argentaria (BBVA): participaba en el mercado con el 51% de la administradora Previsión y con el 50% de Máxima y Porvenir; hasta que en el año 2000 decidió fusionar estas empresas. BBVAparticipa del 51 % de la nueva AFP, mientras el resto se distribuye entre los conocidos conglomerados financieros que operan en el país.

El monopolio de las telecomunicaciones era administrado desde 1963 por el Estado a través de la Administración Nacional de Telecomunicaciones (ANTEL). Ahora el sector es controlado completamente por el capital transnacional en un mercado oligopólico, lo que permite la colusión. El conjunto de acciones mayoritarias en el servicio de telefonía fija fueron adquiridas en un primer momento por France Telecom, ahora pertenecen mayoritariamente a América Móvil (capital mexicano), una multinacional que opera en todo el continente. La oferta de telefonía móvil está a cargo de CTE-Personal, Telefónica, Telemovil y Digicel, todas de capital extranjero.

Parte de este interés renovado de las empresas extranjeras en el país tuvo que ver con las empresas de seguros. La Centroamericana, por ejemplo, que había trabajado en El Salvador desde 1915, en 1999 pasó a formar parte del conglomerado español Mapfre. [7]

Encontramos una dinámica muy generalizada de operaciones de las empresas transnacionales que ahora se han volcado a varios sectores de la economía incluyendo la comida rápida, la venta al detalle (Walmart es una de las transnacionales de más presencia en Latinoamérica) y los servicios de centros de llamadas (Sykes, Stream, telefónicas). Sin embargo, el objetivo de este recuento es evidenciar que la aplicación de las reformas neoliberales ha trastocado profundamente la estructura productiva del país y por supuesto, la ocupación, con sus formas, sus modalidades tecnológicas y sus aportaciones sociales.

Dichas empresas transnacionales, que en su mayoría son españolas, empiezan a tener mayor participación a partir de la privatización de los servicios públicos desarrollada en los años noventa. Este proceso, que no está fuera del marco de acción de las oligarquías locales, ha permitido el ingreso de cierta cantidad de capital en forma de dinero que se instala en el país bajo las condiciones preferenciales que se les ofrece a las empresas extranjeras, con la ayuda de un mercado laboral desvalorizado y con la oportunidad de abrir nuevos mercados a través de los servicios recién privatizados.

Según el Observatorio de Responsabilidad Social Corporativa, desde los años noventa se inicia el proceso de transnacionalización de las empresas españolas y su punto culminante se dio en el año 1999, ya que el 65% de la IED española se encontraba en la región.

De un total de 37 empresas españolas radicadas en el país [8], aquellas que disputan lugares más prominentes tanto a nivel nacional como a nivel continental son Telefónica, Banco Santander, BBVA, Mapfre, Calvo y Santillana. El Salvador recibió 431 millones de dólares por concepto de IED en 2009, lo que representa una caída del 45% con respecto a 2008 y corresponde al 9% de las inversiones realizadas en Centroamérica. La magnitud de la reducción con respecto a los dos años anteriores se explica por el hecho de que en esos años el país registró las mayores entradas de IED de su historia. Los principales sectores de
destino de la inversión fueron servicios financieros (32%), maquiladora (24%) e industria (19%). Destacan las inversiones de las estadounidenses Apparel Production Services y Darlington Fabrics y la colombiana Supertex.

Hablar, por tanto, de las empresas transnacionales es hablar del gran capital corporativo que domina los estados nacionales de El Salvador y de la región Centroamericana; es hablar del poder económico real a nivel mundial que intenta controlar los pueblos latinoamericanos, pero que, sin duda, están existiendo despertares de resistencias a dicha dominación.

Benjamín Ramos y Laura Zavaleta
Investigadores del Centro de Investigación sobre Inversión y Comercio, El Salvador (CEICOM).

- Este artículo ha sido publicado en el nº 43 de la revista Pueblos, julio de 2010, Especial Multinacionales .

Ver en línea : nº 43 de la revista {Pueblos}


Notas

[1Cálculos propios con base a datos de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL), estimaciones sobre la base de cifras oficiales al 28 de abril de 2010.

[2Hernández González, G. (2007). La Agricultura de América Central en juego. Banana Link e ICCO, p. 3.

[3Información provista por la Agencia de Promoción de Inversión de Costa Rica, CINDE (véase www.cinde.org/).

[4La Inversión Extranjera Directa en América Latina y el Caribe. Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL), 2009.

[5Alianza Republicana Nacionalista, ARENA, principal partido político de Derecha en El Salvador.

[6Préstamo de Asistencia Técnica para la modernización del sector público por 24 millones de US dólares. Banco Mundial, préstamo 4082.

[7Historia de La Centroamericana, disponible en la página de la empresa.

[8Según información de la Cámara Oficial Española de Comercio e Industria de El Salvador, actualizada al 20 de abril de 2010.


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