Sabiduría popular
María González Reyes
Domingo 19 de junio de 2016
La abuela Awa les cuenta historias a la sombra de un baobab.
Un día, estando ya sentados para escuchar, les pidió que cada una y cada uno trajera un palo pequeño. Después, estando de nuevo acomodados bajo la misma sombra y con la recolección de palitos en el centro del círculo, la abuela Awa le pidió a Coumba que rompiese uno de ellos. Todos escucharon el chasquido de la madera. Luego miró a Dame y le animó a probar con dos. Crack. También fácil. Y pasó igual con tres. Después, la abuela agarró con sus manos todos los palos y probaron una a una, uno a uno. Nadie consiguió romperlos. Llamaron a la gente grande de la aldea, porque a veces son más fuertes que la gente pequeña. Nadie pudo.
Mbolo moy dole*. Dijo la abuela.
Y todas y todos entendieron.
En esa aldea, cuando se muere una abuela o un abuelo, dicen que se ha perdido una biblioteca.
* La unión hace la fuerza, en wolof.
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