Trabajadora de una cadena de montaje
María González Reyes
Domingo 6 de septiembre de 2015
Desayunaban en una plaza al sol. Café y zumo de naranja, creo. Pasaban desapercibidos pero la trenza roja que cruzaba su espalda daba una tonalidad poco habitual en aquella ciudad. Una hora después los vi, a ella y a él, jugando a perseguirse descalzos sobre cuerdas que se entrecruzaban en el aire a distintas alturas.
El resto de la semana ya sabéis: nada de juego, movimientos repetidos, imposible improvisar. Trabajaba en una cadena de montaje.
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