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Colombia: Represión a las protestas contra la explotación petrolera en Caquetá

Fuente: Verdad Abierta

Lunes 6 de julio de 2015

Dos meses completa la protesta pacífica de campesinos de los municipios Florencia, Milán, Morelia y Valparaíso (departamento de Caquetá, Colombia) en contra de la empresa petrolera china Emerald Energy, la cual, desde inicios del año pasado ha intentado entrar al territorio para iniciar con la explotación del crudo.

El conflicto desatado por la intervención de la multinacional Emerald Energy en Caquetá se encuentra en posiciones extremas. El martes 30 de junio la protesta de los campesinos que quieren evitar el inicio de las labores de exploración petrolera, terminó en enfrentamientos con la fuerza pública.

En 2012 el gobierno concesionó a esta multinacional parte del territorio de la Amazonía, bajo el proyecto denominado bloque petrolero ‘El Nogal’. Desde ese año la empresa empezó a socializar con los habitantes de la zona lo que sería su intervención y anunciando los supuestos beneficios que esta traería para la comunidad. No obstante, hasta este año se inició la operación y se avivó el conflicto. Voceros campesinos de la Comisión por la Vida del Agua aseguran que la intervención de las petroleras sobre el subsuelo ha dañado el ecosistema de la Amazonía, afecta de manera directa la fauna y la flora, por lo cual piden que se reconozca a la naturaleza como una víctima más del conflicto armado. “Las acciones de guerra que se vienen desarrollando en el marco del conflicto deben de ser condenadas por el daño que han generado a la naturaleza” dicen.

Con los mismos argumentos los habitantes de Valparaiso se oponen a que empiece la fase exploratoria mientras no haya estudios sobre el impacto que esta generaría. Emerald Energy tuvo que salir de San Vicente del Caguán, hace pocos meses, al parecer, porque la operación petrolera no le era rentable dado el bajo precio del crudo.

Un conflicto de antaño

La puesta en marcha de la locomotora minero-energética del gobierno de Juan Manuel Santos ha generado múltiples conflictos en varias regiones del país. Según el ingeniero forestal Esteban Cabuya, la Amazonía fue rebautizada en los dos últimos Planes Nacionales de Desarrollo como la zona centro andino sur, sobre la cual se han dispuesto alrededor de 124 mil hectáreas para la explotación de recursos naturales, “de las cosas que generan mayor preocupación es que en toda esta vasta zona no ha existido consulta con las comunidades, lo cual va a generar nuevos conflictos” puntualiza el director del Centro de Estudios Ambientales de la Amazonia.

De tal manera, el resultado de la pugna que se libra desde mayo es el acumulado de lo que viene pasando en el territorio desde hace años como lo señala José Antonio Saldarriaga, líder campesino de Valparaíso y representante de la Comisión por la Vida del Agua, “llegó el punto en que no aguantamos más la guerra que se libra contra nosotros, primero fue la guerrilla y los paramilitares y ahora el Estado nos ataca con los proyectos mineros y no lo vamos a permitir”.

De igual manera, Gregorio Pérez Ramírez, líder campesino de la región, asegura que el único delito que han cometido es estar en contra del capital extranjero, “no queremos que sigan dañando la naturaleza colombiana y de paso que nos afecten a nosotros como campesinos, que es lo que han hecho durante años”. Agrega que frente a la situación actual “la resistencia ha sido pacífica, ni piedras hemos utilizado, simplemente hemos bloqueado y han respondido con agresión”. Sobre por qué fueron desalojados por el Esmad los campesinos afirman que “nadie sabe ni da razón de quién los mandó acá. Ni el Ministerio de Minas ni el Presidente Santos”.

La iglesia católica regional ha posibilitado la mediación entre las partes, no obstante también han sido víctimas de señalamientos por parte de la multinacional. “La empresa ha dicho que nosotros somos los impulsores para que los campesinos tomen la vía de hecho” afirmó el padre Carlos Cubillos, quien por el contrario fue enfático en mencionar que lo que ha pretendido la iglesia es que se escuche a los campesinos y se les respete la integridad. Además de ello, asegura el representante de la institución, que las malas prácticas de las empresas han seguido haciendo daño a los campesinos, “comprar a las personas con dinero, por la falta de recursos y oportunidades que no ha brindado el Estado, ha generado disputas y al mismo tiempo ha pretendido por la fuerza meter el proyecto de explotación”.

La petición de los campesinos

Pero los campesinos no son los únicos que tienen resistencias con el proyecto de exploración petrolera de Emerald Energy. En un comunicado a la opinión pública con fecha del 28 de junio, varios sectores, incluyendo la Gobernación, alcaldías y otras entidades públicas, le piden al gobierno nacional que escuche a la comunidad y suspenda la intervención de la multinacional. Para Eduardo Moya, presidente ejecutivo de la Cámara de Comercio Departamental, existen diferentes alternativas de desarrollo para la región alejadas de la extracción del subsuelo “Hay mucho que aprovechar sin dañar el ecosistema, nosotros decimos que la amazonia es el patrimonio de la humanidad y el desarrollo económico del Caquetá se puede dar si se respeta su condición”.

Señala, además, que toda la inversión que hace el Estado en seguridad para trasportar los camiones de petróleo y la protección de la infraestructura se puede invertir en desarrollo social para las comunidades. Posición con la que coincide el ingeniero Cabuya, quien afirma que se debe contar es con la disposición del Estado para que se respete el ecosistema.

El llamado que hacen los campesinos es a que aparte de ser escuchados se debe generar un estudio serio sobre la región para analizar la conveniencia de la explotación, rechazando de tajo los estudios que ha presentado la multinacional. La respuesta radical de los campesinos se sustenta en sondeos que han realizado, como el caso de Valparaíso, donde de 576 votos rechazaron la intervención de la empresa y sólo 5 estuvieron a favor de ella.

El jueves 2 de julio hubo un intento de conciliación entre los voceros de los campesinos y representantes del Ministerio de Minas, pero este fracasó. “Hay un falso discurso de paz cuando se atenta contra la vida de la gente. La narrativa de paz es un falso significante” dice Saldarriaga.

Se espera que en el futuro se logre acordar una mesa de interlocución que permita darle una salida a este nuevo conflicto desatado por la actividad minera en territorios donde el impacto ambiental aún se desconoce.

Ver en línea : Verdad Abierta, 5 de julio de 2015.


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