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Informe OMAL nº13: "La expansión del sector financiero a traves de las microfinanzas"

Diana Alonso Hidalgo (OMAL-UVA, marzo de 2015)

Martes 7 de abril de 2015

En el presente trabajo se analiza, desde un punto de vista crítico, el papel de las microfinanzas, y concretamente el microcrédito, en la actualidad. Dicha herramienta surgió de la mano de organizaciones sociales con el objetivo de ayudar a las personas de las capas más pobres a mejorar sus condiciones de vida. Pero en la actualidad, la rentabilidad de las microfinanzas ha convertido a las personas con menos recursos en un nicho de mercado atractivo, en el que cada vez son más las organizaciones que buscan en él nuevas oportunidades de negocio con las que incrementar sus beneficios, destacando la creciente presencia de los bancos comerciales.

Dentro de la lógica del libre mercado, hoy en día, las microfinanzas representan el puente de acceso para el sector financiero hacia la base de la pirámide en su objetivo de continuar expandiéndose. De esta manera, el fin social con el que surge el microcrédito formará parte de la fuerte estrategia de responsabilidad social en la que se apoyará el sector financiero para justificar su negocio con las personas más vulnerables.

 

  • Autora: Diana Alonso Hidalgo
  • Revisión: Erika González
  • Maquetación: Alba Onrubia García
  • Fecha: marzo de 2015

 

El presente informe es el resultado de un trabajo de investigación realizado por la autora en el Observatorio de Multinacionales en América Latina (OMAL) durante el curso 2013-2014 en el marco de las prácticas externas de la Universidad de Valladolid para el Grado de Comercio.

Conclusiones

A lo largo de este trabajo se ha tratado de analizar desde un punto de vista crítico cuál es el papel que juega en la actualidad el microcrédito. La herramienta que transformó los dogmas del sector financiero en cuanto a la pobreza, ha sido objetivo de toda una revolución a lo largo de las últimas décadas. El microcrédito surgió en la década de los 80 con el fin de mejorar las condiciones de vida de las personas con menos recursos en los países en desarrollo. De esta manera, se consiguió crear una herramienta que permitió a las propias ONG ser autosuficientes y se demostró que una gran mayoría de los beneficiarios conseguían devolver los préstamos con sus respectivos intereses. El microcrédito se mostraba así como la herramienta innovadora del siglo XXI en la lucha contra la pobreza.

La idea de que era el propio individuo el que podría, por sí mismo, salir de la pobreza se había fortalecido en un momento en el que el paradigma del desarrollo experimentaba un fuerte cambio estructural. Con el nuevo periodo neoliberal, toma fuerza la idea del crecimiento económico como el camino para solventar la pobreza, convirtiéndose el mercado en el agente principal de la cooperación. El microcrédito se alinea dentro esta nueva forma de ver la cooperación en torno al mercado. Por otro lado, y resultado de este nuevo enfoque, surgiría una nueva modalidad de hacer negocios dirigidos a las personas con menos recursos, quienes hasta hace unas décadas habían permanecido excluidos del sistema económico a nivel global. Estos negocios, llamados negocios inclusivos, se apoyan en un fuerte discurso social en el que defienden la importancia de incluir a las personas de las capas más pobres de forma activa en el sistema económico actual, ya que de esta manera, podrán suplir necesidades, a través del mercado, y concretamente los negocios inclusivos, y así, sus condiciones de vida mejorarán. Pero dichos beneficios sociales no parecen tan claros a día de hoy.

Mientras el discurso se centra en los beneficios sociales, el desarrollo del sector ha tomado una orientación distinta: la situación económica actual, cada vez más competitiva, empuja a las nuevas empresas a buscar nuevos nichos de mercado y nuevas oportunidades estratégicas de negocio. En este contexto, la base de la pirámide, es decir, las capas con menos recursos, ha demostrado ser un nicho de mercado muy rentable para ciertos sectores. Frente a ello, gran número de expertos defienden que los “negocios inclusivos” no son más que viejas formas de negocio con las personas más vulnerables cubiertas de unas innovadoras estrategias de responsabilidad social.

La base de la pirámide también refleja un nicho atractivo, en cuanto a las microfinanzas se refiere, atrayendo cada vez a más organizaciones que buscan nuevos nichos de mercado para incrementar los beneficios. Si bien el microcrédito surge y evoluciona de la mano de las ONG, con un claro fin social de impactar en la pobreza y poder mejorar la calidad de vida de las personas más vulnerables, en la actualidad, el sector se caracteriza por la diversidad de instituciones que lo componen, destacando la creciente presencia de la banca, con claros objetivos económicos, en un proceso de expansión a la base de la pirámide. La justificación de dicha afirmación o planteamiento recae en una serie de argumentos expuestos en el trabajo.

El peso que el sector financiero ha ido adquiriendo desde hace unas décadas atrás y, concretamente, desde que comenzase a desregularse los mercados con Reagan y Thatcher en los años 80, ha sido el reflejo de la creciente sobredimensión de un sector que, hoy en día, abarca múltiples ámbitos a nivel no solo económico y sino también político y social. De esta manera, y bajo el nombre de financiarización, el sector financiero se ha ido expandiendo alcanzando un fuerte control a todos los niveles. Dentro de la lógica del libre mercado, el sector financiero continúa, en la actualidad, en búsqueda de mayores beneficios, y como ya se ha señalado, ante la creciente competencia, la base de la pirámide supone un nuevo objetivo en la continuación de su expansión.

La bancarización de amplios segmentos de la población se funde en el objetivo apoyado por la comunidad internacional, principalmente organizaciones multilaterales, corporaciones e instituciones públicas, de alcanzar un sistema financiero único e inclusivo, donde todo el mundo pueda acceder a servicios financieros. La comunidad internacional ha apoyado, desde prácticamente los comienzos, al microcrédito, a través de un fuerte discurso, e impulsando un fuerte movimiento mediático alrededor de dicha herramienta, llegando a ser conocida en todo el mundo como un innovador instrumento en la lucha de la pobreza. Pero como se señala a comienzos de este apartado, los resultados respecto al impacto en la pobreza todavía no han sido demostrados, y no existen estudios empíricos que puedan demostrar los beneficios sociales a nivel macroeconómico.

El mercado microfinanciero, o como muchos ya denominan, la industria financiera, es un mercado rentable y se rige, por lo tanto, por los patrones neoliberales característicos del sistema actual. De esta manera, las microfinanzas, pese a su fuerte asociación con una misión social, se presentan en la actualidad como el puente de acceso para el sector financiero convencional, a la base de la pirámide. A través de una visión mercantilista de la pobreza, y bajo la esencia del neoliberalismo en la que todo tiene un precio y todo gira en torno al individuo, el capitalismo, o de forma retórica, capitalismo inclusivo, continúa su camino hacia una máxima expansión a través de los cuatro mil millones de personas que viven en condiciones de pobreza. Estos, hoy en día, representan un importante potencial en términos de mercado. Son los nuevos agentes del sistema económico global: los capitalistas descalzos. (Houtart, 2003).

- Para leer el informe completo (PDF; 573 KB), pinchar aquí >>


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