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La “españolidad” de Repsol y en qué nos afecta quién la controle

Erika González

Domingo 11 de septiembre de 2011

¿Cuál es la “españolidad” de una compañía transnacional como Repsol? Si nos atenemos a su capital, a la procedencia de sus accionistas, el carácter español es relativo. También se podría analizar la “españolidad” de Repsol porque es en este país donde repatría sus beneficios y, por lo tanto, donde paga los mayores impuestos. Repsol es la segunda empresa española con más presencia en paraísos fiscales.

La alianza entre la constructora Sacyr y la petrolera mexicana Pemex para aumentar su peso en el accionariado de Repsol y, por lo tanto, su poder en el Consejo de Administración de la multinacional petrolera ha levantado revuelo. En medio de esta pugna de intereses capitalistas destacan las declaraciones del Ministro de Economía de España, Miguel Sebastián, que establece como misión del Gobierno español garantizar la “españolidad” de Repsol «porque para nosotros es una empresa estratégica e importante y tiene que seguir siendo una empresa española» [1]. Ante esta afirmación cabe preguntarse, ¿cuál es la “españolidad” de una compañía transnacional como Repsol?

Si nos atenemos a su capital, a la procedencia de sus accionistas, el carácter español es relativo: el 33% del capital total son accionistas estables de origen español y el 31% del total son capital español flotante -sometido a libre cotización en los mercados de valores-. Pero sobre este capital flotante es necesario aportar algo más de información, la gran parte de esos accionistas son inversores institucionales del tipo: fondos de inversión, fondos de pensiones, compañías de seguros, etc. Por lo tanto son empresas dedicadas a la compra y venta de activos financieros con fines especulativos [2]. Así, según vayan los mercados puede cambiar de nacionalidad en un abrir y cerrar de ojos. En cuanto a los temores por la presencia de Pemex, tampoco están muy fundados pues esta compañía entró en el accionariado y el Consejo de Administración de Repsol hace 20 años.


Más datos sobre la nacionalidad de Repsol

También se podría analizar la “españolidad” de Repsol porque es en este país donde repatría sus beneficios y, por lo tanto, donde paga los mayores impuestos que ingresarían al Estado español, ¿impuestos para el Estado? Repsol es la segunda empresa española con más presencia en paraísos fiscales, tiene 13 filiales en estos territorios [3], a través de los cuáles minimiza el pago de impuestos. Pero ahí no queda la cosa. En este año 2011 Hacienda afirma que las sociedades españolas sólo ingresan el 9,9% de sus ganancias, un porcentaje muy alejado del tipo oficial del impuesto (30% para grandes empresas y 25% para pymes). Estos datos de 2010, evidencian que, en un momento en que los recursos públicos escasean, las compañías consiguen eludir hasta dos tercios de la carga fiscal que les correspondería [4].

La nacionalidad puede establecerse también en relación a dónde obtiene los recursos con los que negocia: los hidrocarburos. Del total de reservas de hidrocarburos tiene un 1% en España, del total de producción en Europa tiene un 4% y la exploración en Europa supone un 5% [5]. Si bien es verdad que el 78% de los ingresos por refinamiento y venta los obtiene de Europa y principalmente de España. Las cifras presentadas informan también de la enorme deuda ecológica que tiene este país europeo respecto a los territorios dónde se obtienen los hidrocarburos que consume.

En definitiva, las declaraciones del Ministro de Economía, en vez de aludir a la “españolidad” de la multinacional, que es bastante cuestionable, deberían haber aclarado que estos movimientos forman parte, exclusivamente, de una pugna de intereses capitalistas para el control de la compañía.

Los intereses capitalistas en pugna

Los bandos están formados por Sacyr y Pemex por un lado y, por el otro, La Caixa que apoya a la dirección actual y concretamente al presidente de la compañía Antonio Brufau. La estrategia es la siguiente: Pemex eleva su participación en el accionariado hasta el 9,8% y junto con el 20% que tiene Sacyr, suman el 29,8% de las acciones. Así no llegan al 30% que les obliga a realizar una OPA, que encarecería y mucho el coste de esta operación, pero es suficiente para aumentar el poder en Repsol, especialmente de la constructora. La ofensiva de Sacyr lleva ya algunos años, desde que adquirió el 20% de las acciones de Repsol YPF ha intentado incrementar su poder dentro de la empresa buscando otros aliados: la india Essar [6], la china Sinopec [7] e incluso la rusa Lukoil [8]. Y ahora con Pemex.

Los intereses de Sacyr en esta contienda son bastante claros, tiene que renegociar un crédito de aproximadamente 5.000 millones de euros que vence el 21 de diciembre de este año [9]. Así, el control sobre la dirección ejecutiva, actualmente afín a La Caixa, le permitiría lo que no ha conseguido hasta el momento: manejar la política de desinversiones. En definitiva, obtener enormes ingresos. En el caso de los intereses de Pemex, en los diarios españoles se habla de reducir su deuda, incrementada tras la compra, y su nueva estrategia encaminada a tener una mayor visibilidad internacional y a fomentar su expansión a otras regiones. Mientras, se critica que sea un monopolio estatal y que por la Constitución mexicana se prohíba la entrada de capitales extranjeros en el área petrolera. Además, aprovechan la crítica y, de paso, apuntan explícitamente a la «necesidad de una reforma energética que permitiría a compañías extranjeras operar directamente en la explotación de crudo en el país, un tabú para la sociedad mexicana» [10].

Lo que no se ha citado en ningún medio es que Repsol ya está operando en México esquivando la prohibición constitucional: tiene un contrato de servicios múltiples en una explotación que se encuentra al norte del país. Además, en 2007 obtuvo un contrato por 15 años para vender gas que proviene de Camisea, Perú (de una explotación en la que participa la propia Repsol), a la Comisión Federal de Electricidad de México. Y no hay que olvidar la presencia creciente en el país americano de Gas Natural Fenosa, que es considerada una de las principales empresas de gas y electricidad.

Por cierto, Gas Natural Fenosa también ha entrado en la pugna y el porqué hay que buscarlo en sus propietarios: el 36% de la gasista está en manos de La Caixa y el 31% en manos de Repsol. De forma que el cambio en el mando de Repsol puede afectar de lleno a Gas Natural Fenosa. Y de ahí surge un debate político bien interesante.

El expresidente del Gobierno español Felipe González, del PSOE, puso en duda que esta compra mantenga la “españolidad” de Repsol. La declaración que ha ido en contra de lo manifestado por el Ministro de Economía Miguel Sebastián, de su mismo partido, no es de extrañar pues González es consejero independiente de Gas Natural. Pero ahí no queda la cosa, y es de resaltar la respuesta de Sebastián a Felipe González: por un lado que Pemex entró en el accionariado de Repsol cuando González presidía el Gobierno español. En aquel entonces Felipe González no tuvo dudas de la "españolidad" de Repsol con Pemex en su accionariado. Por otro lado, siendo González consejero de Gas Natural, la argelina Sonatrac compró el 4% de sus acciones [11]. Y tampoco en este caso el expresidente español cuestionó la “españolidad” de Gas Natural Fenosa.

Ante la pregunta sobre si los cambios que se producirán en la cúpula de Repsol, si finalmente toman el poder ejecutivo de la compañía Sacyr y Pemex, pueden dar lugar a grandes cambios al interior de la compañía o a una mayor presencia en México, poca cosa se puede decir. No se sabe. Lo que sí se sabe es quién será el ganador de todo esto: el empresario mexicano Carlos Slim, que juega a los dos bandos: a través de su empresa Inbursa financia la deuda de Pemex para comprar las acciones y además tiene acciones en Criteria (La Caixa) donde forma parte de su Consejo de Administración [12]. Y los que seguro vamos a perder somos las mayorías sociales de los países donde se encuentra Repsol, ya sea por su evasión de impuestos, por la precarización laboral en su política de subcontratación y por los impactos ambientales, sociales y culturales que genera en su actividad extractiva. Para más datos en este sentido no hay más que mirar los informes sobre las actividades de Repsol YPF en América Latina presentados al Tribunal Permanente de los Pueblos, que juzgó los impactos de las transnacionales europeas, en Lima en 2008 y en Madrid en 2010 [13].

Erika González
Observatorio de Multinacionales en América Latina (OMAL) - Paz con Dignidad.

Ver en línea : Alai, el 12 de septiembre de 2012.


Notas

[2Montero, A. “Ah, ¿pero Repsol YPF es española?”, Rebelión, 6 de septiembre de 2009.

[5Web corporativa de Repsol YPF

[12Clavero, V. “El doble juego de Carlos Slim en Repsol”, Público, 6 de septiembre de 2011.

[13El informe presentado al Tribunal Permanente de los Pueblos (TPP) de Lima se puede descargar aquí y la sentencia y la descripción de los casos del TPP de Madrid se puede descargar aquí.


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