Un debate en torno a si la internacionalización es la única salida a la crisis mostró diferencias. El PNV sostuvo que es una herramienta más y recordó el buen hacer de las empresas vascas. EH Bildu aseguró que impulsó un código en el Parlamento para garantizar que inversiones y ventas respetasen los derechos de los pueblos, pero fue imposible atraer al resto de partidos. Algunos asistentes recordaron que «muchas empresas esquilman» la riqueza de los pueblos.

Las compañías que cotizan en Bolsa facturan 62 de cada 100 euros en el exterior. PNV, EH Bildu y Equo debatieron en Bilbo si ese camino es justo y si esas inversiones y ventas respetan los derechos laborales, sociales, ecológicos y económicos de los pueblos allí donde invierten o se producen las transacciones económicas y, a la par, si repercuten en una mejora de las condiciones laborales y salariales de sus trabajadores.

Las dudas permanecieron de principio a fin del debate, incluso quienes trabajan cerca de esos casos las incrementaron, sin tener respuesta directa. Mikel Arieta-Araunabeña (del PNV y director-gerente de la Cámara de Comercio de Bilbao), el parlamentario de EH Bildu Igor López de Munain y Aitor Urresti, de Equo, intervinieron, moderados por el profesor de la UPVEHU, Mikel de la Fuente, pero mostraron puntos bien diferentes ante la respuesta requerida.

El debate se enmarcó en la jornada sobre «Propuestas de Gobierno para una economía más justa: ¿son el crecimiento económico y la internacionalización de empresas la única salida de la crisis?» dentro del curso «los Límites del capitalismo global en la crisis civilizatoria», organizado por el Observatorio de Multinacionales en América Latina (OMAL) de la Asociación Paz con Dignidad, el Instituto Hegoa, en colaboración con la Escuela Universitaria de Relaciones Laborales (UPV/EHU) y la Agencia Vasca de Cooperación al Desarrollo.

De la Fuente incitó al debate sobre esa necesidad de ir a buscar fuera los mercados que ya no se consiguen dentro y si la bajada de salarios que se ha producido en el Estado español, tras las diferentes reformas, son suficientes para la llegada de capital extranjero ante ese aumento de la competitividad, no por la inversión y el desarrollo tecnológico sino por la caída en la ganancia de los trabajadores.

Igor Lopez de Munain criticó la necesidad de «crecer por crecer, porque nos lleva a tener que buscar fuera lo que no tenemos» y criticó «el proceso de acumulación de riqueza que se está produciendo entre unos pocos». El parlamentario de EH Bildu lamentó los tratados de libre comercio que negocian Estados Unidos y Europa (TTIP) y afirmó con rotundidad que «la internacionalización que aplican las empresas no revierte ni en la mejora de salarios ni en una mejora en el sistema impositivo propio». Criticó que se realicen transacciones con algunos países que «siguen los principios neoliberales que proponen Estados Unidos y Europa» y apostó por acuerdos con Ecuador, Bolivia, Venezuela y Uruguay «que están invirtiendo la pirámide social».

Igor Lopez de Munain destacó que en un monográfico sobre Industria, que se celebró en el Parlamento de Gasteiz, EH Bildu propuso impulsar, sin éxito ni apoyo del resto de grupos, un código para que se respeten los derechos de los pueblos y las condiciones laborales allí donde se vaya a hacer negocio».

Mikel Arieta-Araunabeña, del PNV, recordó que la economía vasca es «abierta» y, al contrario de EH Bildu, dijo que «la alianza Pacífico: Chile, Colombia, Perú y México es muy atractiva», por lo que recibió algunas críticas de los asistentes.

«Herramienta»

Arieta-Araunabeña dijo que «el peso de los nuevos mercados para las pequeñas y medianas empresas vascas es del 20%. Nuestro mercado exportador está en Alemania, Francia, Gran Bretaña e Italia», pero dejó claro que «es una herramienta». Aludió, al contrario de como había insinuado el parlamentario de EH Bildu, que «la internacionalización no supone una restricción de derechos a los pueblos ni sus economías», sino que «es una oportunidad».

Aitor Urresti, de Equo, recordó que «el planeta no da para más, no se puede seguir creciendo. La salida a la crisis no es aumentar más la producción. Eso supone hipotecar el futuro». Erika González, de Omal, recordó que la desregulación existente permite a empresas generar impactos sociales y fiscales, y añadió que «muchas utilizan los paraísos fiscales para evitar sus obligaciones tributarias». Aunque el representante del PNV aseguró que ninguna empresa vasca estaba entre las que provocan ilegalidades o irregularidades, admitió desconocer si el Gobierno de Gasteiz «controla si cumplen o no todos los requerimientos».

Por lo que el profesor de la UPV-EHU, Juan Hernández, indicó que «tengo más que una sensación de que en la internacionalización hay dos caminos que no se cruzan: el del comercio y el de los Derechos Humanos (laborales, salariales, etc,) cuando debiera de primar el Derecho Internacional, que debe estar por encima, pero en la práctica de esta globalización es el mercado el que se antepone».

Debate

El Observatorio de Multinacionales en América Latina (OMAL) organizó un debate sobre el crecimiento económico y la internacionalización de las empresas como como única salida de la crisis, dado que las ventas en el exterior suponen el 62% de los ingresos de las compañías que cotizan en Bolsa, pero estas asociaciones critican que se obtienen explotando a pueblos enteros al no respetar sus derechos.