Mbolo moy dole
María González Reyes
Domingo 20 de abril de 2014
Una larga fila de mantas blancas recorre la calle Preciados de Madrid. A un lado gente que camina mirando escaparates, como un sábado más.
Al otro lado de las mantas, esta vez, blancos con papeles.
En las mantas cds y panfletos que explican la acción. También eslóganes que dicen:
“Mi pan es la manta. Despenaliza mi pan”.
“Ni un mantero en prisión”
“Si no vendemos ¿qué comemos?”
Asociaciones de sin papeles, oficinas de derechos sociales, espacios de autoorganización, ciudadanos y ciudadanas indignados con la situación, juristas, jueces y artistas se colocaban detrás de la fila de mantas blancas para denunciar el uso desproporcionado del Código Penal.
Todos y todas juntas para denunciar que no se puede penalizar la subsistencia.
Todas y todos gritando mbolo moy dole (la unión hace la fuerza, en wolof).
Un grito que comenzó siendo un susurro, pero que cada vez se escucha con más fuerza por las calles de las ciudades.
Un grito que ya no se calla más.
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