Acumulación por desposesión

El constante crecimiento de la tasa de beneficio que exigen los principales accionistas y el consejo de administración en las grandes transnacionales necesita de una creciente mercantilización de territorios, bienes y servicios. Incorporar más tierras para la explotación de los recursos naturales, la gestión de más servicios y sectores antes no mercantilizados para aumentar el volumen de negocio, la creación de más bienes que alimenten el modelo consumista, ampliar el número de clientes a la población que antes no era rentable, etc.

Las secuelas que va dejando la acumulación por desposesión afectan a la dimensión económica –eliminación del tejido productivo–, la dimensión política –represión y criminalización–, la dimensión social –privatización de los servicios públicos e incremento de las desigualdades de género– y la dimensión cultural –violación de los derechos de los pueblos indígenas–. Sin embargo, la acumulación de riqueza no se ve suficientemente cuestionada por los impactos que produce, y es que la lex mercatoria y la acción de los lobbies han creado una armadura legal que protege los intereses de las empresas transnacionales a costa de los derechos fundamentales de la mayor parte de la población. Por último, uno de los objetivos del control de los grandes medios de comunicación y la mayor presencia de transnacionales en los centros educativos es crear un imaginario colectivo que legitime su poder y oculte sus impactos.