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Invertir con el mapamundi en la mano

David Fernández

Miércoles 10 de septiembre de 2008

«Del aislamiento y la autarquía a codearse de tú a tú con los gigantes mundiales. El proceso de internacionalización de las compañías españolas se inició hace quince años aunque se ha acelerado de forma notable en el último lustro. Al cierre del ejercicio 2003 las empresas que formaban parte del Ibex 35, el principal índice bursátil español, obtenían el 65% de sus ventas en España. A 30 de junio de 2008, últimos datos registrados en la CNMV, los miembros del selectivo ya generan el 49% de su facturación fuera de nuestras fronteras.

Los analistas consideran que la distribución geográfica de las ventas de una empresa es un factor a tener en cuenta a la hora de tomar cualquier decisión de inversión. En general, califican el proceso de internacionalización de un fenómeno "muy positivo" aunque también advierten que conlleva algunos riesgos. "Las compañías que se han abierto a nuevos mercados logran diversificar sus fuentes de ingresos y estabilizar con ello la cuenta de resultados. El lado negativo es que la fluctuación de las diferentes divisas frente al euro puede jugar a favor o en contra según las circunstancias económicas de cada momento", explica Víctor Peiró, responsable del departamento de análisis de Caja Madrid Bolsa.

En un momento como el actual en el que la economía española muestra claros signos de desaceleración la aportación de otras zonas a la cuenta de resultados cobra aún mayor protagonismo. "Al mirar los resultados del primer semestre de este año se comprueba que el crecimiento de los beneficios se ha sustentando en gran medida en la aportación de los negocios exteriores, principalmente en Latinoamérica", señala Alberto Roldán, jefe de análisis de Inverseguros.

Los datos certifican que las divisiones internacionales están tomando el relevo a los negocios locales como motor del crecimiento de los resultados. De acuerdo con los datos remitidos por las empresas al supervisor bursátil, la facturación semestral del Ibex 35 en España creció sólo un 14,4% hasta situarse en 107.588 millones de euros, mientras que la cifra de negocio generada en el extranjero mejoró en tasa interanual casi un 20% hasta alcanzar los 103.188 millones. Debido a este diferencial en el ritmo de crecimiento es bastante probable que en los próximos trimestres la aportación internacional a las ventas del Ibex iguale o incluso supere a las ventas en España.

"La aventura exterior de las compañías es una buena noticia porque permite compensar los ciclos económicos. BBVA y el Santander, por ejemplo, están capeando mejor que los bancos medianos la actual crisis de crédito gracias a la mayor diversificación geográfica de sus actividades", comenta Antonio López, director del equipo de análisis de Fortis. "El problema de la internacionalización es cuando ésta se concentra excesivamente en una sola región. Este error lo cometieron las compañías españolas al principio, cuando se concentraron casi de forma exclusiva en América Latina. Tras la crisis que sufrió la región los gestores comprendieron que no es bueno poner todos los huevos en la misma cesta", añade este experto.

Durante la década de los noventa del pasado siglo los monopolios en España culminaron su privatización. De forma paralela los mercados latinoamericanos comenzaron a abrirse a la inversión privada. Las grandes empresas españolas fueron allí, animadas además por las oportunidades de negocio y por los lazos históricos, culturales y lingüísticos.

El viaje emprendido por las grandes compañías españolas fue arrastrando a otras de menor tamaño. La aventura les permitió coger experiencia y masa crítica, factores que les ayudaron cuando tuvieron que emprender, forzadas en parte por los problemas económicos en algunos países como Argentina, Brasil y México, la segunda fase en el proceso de internacionalización. Esta fase comenzó con el aterrizaje en los mercados de la Unión Europea (UE) y Estados Unidos y continúa ahora con el desembarco en Europa del Este y Asia. Esta etapa se ha caracterizado por la compra de empresas o la adquisición de paquetes de control en el capital de grupos locales.

El paso del monocultivo latinoamericano a la siembra en otras economías se observa en la evolución que ha tenido la distribución exterior de las ventas de las empresas del Ibex 35. En el ejercicio 2003 la facturación agregada en países de la UE representaba sólo el 9% del total, mientras que el 5,3% de la cifra de negocio se obtenía en Estados miembros de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) y el 20,5% en la categoría que la CNMV denomina como "resto de países" y que hace referencia sobre todo a Latinoamérica. A 30 de junio de 2008, sin embargo, Europa ya aporta el 18,7% de las ventas totales y los países de la OCDE el 9,41%. Latinoamérica sigue siendo la zona exterior con más peso, pero éste se ha reducido hasta el 20,98% del total.

Dentro del selectivo ya hay 14 compañías cuyas ventas se generan en más de un 50% fuera de nuestras fronteras. Además, en el índice sólo quedan ocho grupos (Banco Sabadell, Banesto, Bankinter, Bolsas y Mercados, Criteria, Enagás, Red Eléctrica y Telecinco) cuya facturación internacional es inferior al 5% del total.

La compañía del Ibex que más vende fuera de España es Acerinox (el 89,24%). La siderúrgica tiene intereses en Estados Unidos, Suráfrica y en el mercado asiático (ha constituido recientemente una sociedad para abrir una planta en Malasia). Tras Acerinox la segunda compañía del Ibex con mayor vocación exportadora es Grifols. La farmacéutica catalana está especializada en la producción de hemoderivados y tiene en Estados Unidos su principal mercado. La tercera empresa en esta clasificación es Cintra. La filial de concesiones de Ferrovial centra sus actividades en la explotación de autopistas tanto en Canadá como en diferentes Estados de Estados Unidos.

Otro grupo con una importante exposición a mercados distintos del español es Abengoa (el 64,4% de la cifra de negocio). La firma andaluza es uno de los mayores productores de biocombustibles del mundo y está presente en los tres mercados más importantes dentro del negocio como son Brasil, Estados Unidos y la UE.

En el caso de Técnicas Reunidas, el 64,1% de su actividad se factura fuera de España. La compañía se dedica a la ingeniería, diseño y construcción de todo tipo de instalaciones industriales y ha realizado proyectos en más de 50 países de los cinco continentes.

La siguiente empresa dentro de esta clasificación sería Telefónica. La operadora obtuvo 17.817 millones de euros (el 63,3% de sus ventas del primer semestre) fuera de España. Telefónica es uno de los casos que más ejemplifican el proceso de apertura al exterior de las compañías españolas: aprovechó su posición de monopolio en España para entrar con fuerza en el mercado latinoamericano y luego abrirse a nuevos mercados.

Un porcentaje similar al que factura la teleco en el extranjero lo obtiene también Ferrovial. La constructora no ha emulado a sus rivales entrando en el negocio energético y ha preferido diversificar geográficamente. La compra de BAA, el gestor aeroportuario británico, ha supuesto su mayor adquisición fuera de España. Aunque la aventura británica ha encontrado trabas por parte de las autoridades de competencia locales, Ferrovial tiene grandes esperanzas en el potencial de BAA. El resto de compañías del Ibex cuya facturación exterior supera el 50% del total son, por este orden, Banco Santander, Inditex, Iberia, Repsol, Gamesa, Iberdrola y su filial de renovables.»

Extracto del artículo "Invertir con el mapamundi en la mano", de David Fernández, El País Negocios (07-09-08).


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